Frases como esta son repetidas por los ciudadanos: “En este país no hay oposición” o “La oposición es muy débil para enfrentar al Gobierno”, son escuchadas en cada segmento de la sociedad dominicana y dan a entender que por estas razones el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ha permanecido gobernando el país por muchos años pese a los esfuerzos de otras organizaciones sacarlo del poder o cuando se aprueban leyes contradictorias que no representan el sentir de la gente.
Cuando analizamos la historia reciente de los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC), entendemos algunos puntos del porqué el discurso del PLD ha calado en las mentes de nuestros ciudadanos.
La destrucción de estas entidades partidarias ha fortalecido al partido de gobierno, que ha basado su política en la percepción de que no hay oposición lo cual es una creencia falsa que está arraigada en la mentalidad de los dominicanos, que es “muy extremista” y reclama acciones más contundentes, que las propuesta que elaboran los candidatos del Partido Revolucionario Moderno (PRM), en específico Luis Abinader.
El politólogo César Pérez expresó recientemente que hay una falsa creencia de que no existe oposición, de que existe una oposición a este gobierno que se expresa de muchas maneras, a través de la Marcha Verde, declaraciones de muchos dirigentes de la oposición, que lo hacen tanto por escrito como verbal en los programas de televisión, en la radio, en caminatas, en acciones de activistas en los barrios.
En la República Dominicana tenemos una oposición que elabora propuesta y combate al gobierno, como hemos visto a la diputada por el PRM, Faride Raful, que ha evidenciado todos los lazos que ha tenido este gobierno del presidente Danilo Medina con la Odebrecht.
¿Qué es lo que se quiere por hacer oposición? ¿Hacer disturbio? ¿Paralizar el país?. No, la oposición en los nuevos tiempos es presentar propuestas y críticas constructivas que son elaboradas y presentadas, pero con una avalancha mediática que trata de minimizar las críticas al gobierno.
Si bien es real que la oposición del país le hace falta unificarse más para lograr sus objetivos, están dispersas y no han llegado al grado de unidad que se requiere.
Cuando la oposición tenga un mayor grado de unidad, y no es que no tenga, sino que se exprese porque a pesar de las diferencias están, éste bloque de partidos y salvando las diferencias hasta ahí, hacen acciones conjuntas, hacen demandas conjuntas, insisten hasta en la Junta Central Electoral de manera conjunta.
También el país necesita más de sus ciudadanos, la población dominicana debe caminar hacia la búsqueda de mejoras en las políticas públicas, una población más crítica y participativa en ideas revolucionarias que sirva de contrapeso a las medidas del gobierno.
La oposición está y sigue creciendo en propuesta, pero necesita mayor impacto de sus acciones en el congreso, cosa que no sucede porque realmente se ha expresado de manera débil y por eso es que se necesita que para las próximas elecciones haya una mayor presencia opositora, tanto a nivel congresual y municipal.
En definitiva, si el gobierno busca una oposición violenta, está enfocando mal sus tiros, porque la sociedad está a punto de explotar por las acciones del presidente, no de la oposición. ¿Será que el gobierno quiere violencia para perseguir políticamente a sus opositores?, si lo piensa entra en la fase de dictadura de partidos, pero sin respaldo popular, sino militar.