¿Se equivocó o no el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) al ausentarse hoy en el Congreso, previo a la rendición de cuentas del presidente Luis Abinader?

El bloque peledeísta y del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) no asistieron al salón de la Asamblea Nacional desde donde el presidente Luis Abinader pronunciara el discurso de rendición de cuentas, este martes 27 de febrero.

Varios expertos que manifestaron su parecer al respecto coincidieron en que fue un error que una de las principales representaciones opositoras no estuvieran en el Congreso para escuchar al primer mandatario. «Yo creo que se debió haber quedado, porque, ellos tenía todo el derecho de levantarse e irse, pero yo creo que lo desluce», indicó el economista Jaime Aristy Escuder, durante una de sus intervenciones en el CDN, canal 37.

Para la jurista Carmen Imbert Brugal, la ausencia fue «un error». De su lado, el analista político, Nelson Espinal Báez, lo que hizo el PLD fue innecesario y «no le crea valor a sus objetivos estratégicos».

En tanto, Belarminio Raramírez, politólogo, argumentó que desde las elecciones municipales del 18 de febrero 2024, en las que avasalló a la oposición con un «uso abusivo de los recursos del Estado», la relación gobierno-oposición comienza a cambiar. «Ese plantón en la rendición de cuentas hoy 27 de febrero en el augusto salón del Congreso Nacional, es apenas el comienzo», dijo.

Lo que dice la oposición

Los partidos de la Liberación Dominicana y el Revolucionario Dominicano expresaron que han adoptado esta decisión, como muestra de protesta y rechazo al uso desmedido de los recursos del Estado en favor de los candidatos del oficialismo en el proceso electoral recién pasado, acción que debilita la legitimidad de los representantes elegidos y la confianza de la ciudadanía en el sistema político.

En ese sentido, indicaron que no asistirán al salón de la Asamblea Nacional, para enviar un mensaje al país y al gobierno; que, desde el primer poder del Estado no comulgan con el accionar de los funcionarios y el ejecutivo, frente a lo que calificaron como un claro y abusivo uso del presupuesto nacional en favor de una organización política y en detrimento de la institucionalidad democrática del país.