Rusia ha incumplido en el pago de su deuda externa por primera vez desde la Revolución Bolchevique hace más de un siglo, lo que aísla aún más al país del sistema financiero global tras las sanciones que le fueron impuestas por la guerra en Ucrania.
Moscú debía 100 millones de dólares en intereses de un bono denominado en dólares y otro en euros, que vencía originalmente el 27 de mayo. El domingo concluyó un periodo de gracia de 30 días. El lunes, la agencia calificadora Moody’s declaró al país en impago.
El mes pasado, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos puso fin a la capacidad de Rusia de pagar su deuda a los inversionistas internacionales a través de bancos estadounidenses. En respuesta, el Ministerio de Finanzas de Rusia dijo que pagaría en rublos las deudas denominadas en dólares y ofreció “la oportunidad de una conversión subsecuente a la moneda original”.
Antes de la declaración de Moody’s, ya se creía que Rusia incurriría en impago. “Para efectos prácticos, Rusia está en situación de impago”, dijo Jay S. Auslander, abogado de deuda soberana de la firma Wilk Auslander en Nueva York.
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“El periodo de gracia de 30 días ha expirado. Los tenedores de bonos no tienen su dinero”. Rusia dice que tiene el dinero para pagar sus deudas, pero que las sanciones occidentales crearon “obstáculos artificiales” al congelar sus reservas de divisas en el extranjero.
El lunes, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo a los periodistas que “no hay motivos para llamar a esta situación un incumplimiento”, y aseguró que Rusia pagó, pero que la transacción no pudo procesarse debido a las sanciones. El otro bando argumenta que “esto ocurrió debido a las sanciones, pero que las sanciones estaban totalmente bajo su control”, señaló Auslander. “Todo esto estaba bajo su control, porque lo único que tenía que hacer era no invadir Ucrania”.
¿A CUÁNTO ASCIENDE LA DEUDA DE RUSIA?
A unos 40.000 millones de dólares en bonos denominados en divisa extranjera, de los cuales alrededor de la mitad están vendidos a inversionistas extranjeros. Antes del inicio de la guerra, Rusia tenía cerca de 640.000 millones de dólares en reservas en divisas extranjeras y oro, gran parte de ellos en el extranjero y se encuentran congelados en este momento.
Rusia nunca ha dejado de pagar su deuda externa desde la Revolución Bolchevique, cuando se derrumbó el imperio ruso y se creó la Unión Soviética. No obstante, a finales de la década de 1990, Rusia dejó de pagar su deuda interna, pero pudo recuperarse de ese impago con la ayuda internacional. Para los inversionistas en bonos, Rusia lleva meses en situación de impago, dijo Liam Peach, economista especializado en mercados europeos emergentes de Capital Economics.
Los contratos de seguros que cubren la deuda rusa han tasado una probabilidad de 80% de impago durante semanas, y agencias calificadoras como Standard & Poor’s y Moody’s han catalogado la deuda del país en nivel de basura.
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¿CÓMO SE SABE SI UN PAÍS ESTÁ EN IMPAGO?
Las agencias calificadoras suelen ser las entidades que declaran el impago en los mercados financieros occidentales, lo que ocurrió el lunes. Una corte también puede decidir la cuestión. Los tenedores de bonos que tengan seguros de incumplimiento crediticio —conocidos como swaps— pueden solicitar a un comité de representantes de firmas financieras que decidan si la falta de pago de una deuda puede dar paso al pago del swap, lo que todavía no constituye una declaración formal de impago.
Es probable que el Comité de Determinación de Derivados de Crédito —un grupo de bancos y fondos de inversión— señale un “evento crediticio”, indicó Peach. Auslander estuvo de acuerdo en que el panel “declarará el impago de Rusia a su debido tiempo”.
El 7 de junio, el comité dictaminó que Rusia no había cubierto los intereses adicionales requeridos tras pagar un bono después de la fecha de vencimiento del 4 de abril. Pero pospuso la adopción de más medidas debido a la incertidumbre en torno a la manera como las sanciones podrían afectar cualquier acuerdo.
¿QUÉ PUEDEN HACER LOS INVERSIONISTAS?
La vía formal para declarar un impago es que al menos 25% de los tenedores de bonos digan que no recibieron su dinero. Cuando ello ocurre, las cláusulas estipulan que todos los demás bonos extranjeros también están en impago y los bonistas pueden entonces buscar que una corte obligue a que se cumpla el pago.
En circunstancias normales, los inversionistas y el gobierno en impago típicamente negocian un acuerdo en el que a los tenedores de bonos se les entregan nuevos bonos de menor valor pero que al menos les brindan una compensación parcial.
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Pero las sanciones actuales prohíben hacer tratos con el ministerio de finanzas de Rusia. Y nadie sabe cuándo concluirá la guerra ni cuánto terminarán valiendo los bonos en impago. En este caso, declarar un impago y demandar “podría no ser la decisión más sensata”, dijo Auslander.
No es posible negociar con Rusia y hay muchísimas incógnitas, así que los acreedores podrían decidir “esperar por ahora”. Los inversionistas que querían deshacerse de la deuda rusa quizá ya lo hicieron y dejaron el asunto en manos de quienes tal vez compraron bonos a precios rebajados con la expectativa de conseguir alguna ganancia en un acuerdo de largo plazo.
Y estos quizá prefieran ser discretos por algún tiempo para que no los asocien con la guerra. Cuando un país incurre en un impago, puede ser excluido de los mercados de deuda hasta que resuelva la situación y los inversionistas recuperen la confianza en la capacidad y voluntad del gobierno para pagar. Pero Rusia ya fue excluida de los mercados occidentales de capital y cualquier regreso al mercado de crédito está muy lejos en el horizonte de cualquier manera.
El Kremlin todavía puede pedir prestado en rublos a nivel interno, donde depende principalmente de los bancos rusos para que le compren sus bonos.
¿CUÁLES SERÍAN LAS CONSECUENCIAS DE UN IMPAGO DE RUSIA?
Las sanciones occidentales por la guerra hicieron que las empresas extranjeras abandonaran Rusia e interrumpieron los vínculos comerciales y financieros del país con el resto del mundo. El impago podría ser un síntoma más de ese aislamiento.
Un impago no afectaría a la economía rusa en este momento porque el país no ha pedido préstamos en el extranjero durante años debido a las sanciones y está ganando mucho dinero con la exportación de materias primas como el petróleo y el gas natural, dijo Chris Weafer, un analista experimentado de la economía rusa de la consultora Macro-Advisory.
Pero a largo plazo, cuando la guerra se haya resuelto y Rusia intente reconstruir su economía, “es aquí donde el legado del impago será un problema. Es como si un individuo o una empresa tuviera un mal historial crediticio; tardaría años en salir de él”, dijo.
Los analistas de inversiones consideran cautelosamente que un impago de Rusia no tendría el tipo de impacto en los mercados e instituciones financieras mundiales que tuvo el impago de 1998. En aquel entonces, el impago de Rusia en bonos internos en rublos causó la intervención del gobierno estadounidense, que consiguió que los bancos rescataran a Long-Term Capital Management, un gigantesco fondo de cobertura estadounidense cuyo colapso se temía que pudiera sacudir al sistema financiero y bancario en general.
Los tenedores de los bonos por ejemplo: fondos que invierten en bonos de mercados emergentes podrían tener pérdidas grandes. Sin embargo, Rusia sólo tenía una participación menor en el índice de bonos de países emergentes, lo que limita las pérdidas a inversionistas de fondos.
“Los efectos indirectos en el resto del mundo deberían ser limitados”, dijo Peach. Pero un impago de Rusia podría tener un efecto dominó al ejercer más presión sobre los mercados de deuda mundiales y hacer que los inversores tengan más aversión al riesgo y estén menos dispuestos a desprenderse de su dinero, lo que “muy bien podría llevar a más impagos en otros mercados emergentes”, señaló Weafer.