Tras la muerte del actor dominicano Andrés García a causa de una Cirrosis hepática, es prudente conocer qué es esta enfermedad, cómo se previene y cómo se trata.
La cirrosis hepática es el resultado final de años de ataques al hígado, provocando el reemplazo del tejido hepático normal por nódulos y tejido fibroso. La cirrosis es la cicatrización del hígado. Donde debería haber tejido existe solamente la fibrosis (cicatriz) funcionando.
Más específicamente, la cirrosis representa una etapa tardía de fibrosis hepática progresiva caracterizada por la distorsión de la arquitectura del hígado y la formación de nódulos regenerativos.
¿Cuáles enfermedades produce la Cirrosis hepática?
Las sustancias y enfermedades que con más frecuencia producen una cirrosis son:
- Cirrosis alcohólica. Es una de las causas más frecuentes de cirrosis. El consumo importante de alcohol de forma prolongada en el tiempo produce daño del hígado. Se suele requerir beber más de 2 bebidas alcohólicas las mujeres y más de 3 los hombres durante varios años para que pueda desarrollarse. Esto es sin embargo, muy variable de unas personas a otras, dado que hay personas que beben más que eso y no tienen problemas y lo contrario, gente que bebe menos y puede desarrollar una complicación de hígado.
- Hepatitis víricas. Tanto la hepatitis B como la hepatitis por virus C pueden producir cirrosis hepática si la enfermedad no es tratada y controlada a tiempo.
- Enfermedades autoinmunes. Algunas enfermedades de causa autoinmune como la cirrosis biliar primaria, la colangitis esclerosante o la hepatitis crónica autoinmune, pueden llevar al desarrollo de cirrosis.
- Enfermedades por depósito de minerales: Hemocromatosis (depósito de hierro) o enfermedad de Wilson (depósito de cobre).
- Cirrosis cardiaca. Una insuficiencia cardiaca crónica puede llevar a una cirrosis del hígado, sobre todo un cor pulmonale crónico.
- Déficit de alfa-1-antitripsina.
- Fibrosis quística.
- Esteatohepatitis no alcohólica. Relacionada con la obesidad, es una de las causas de cirrosis cuya frecuencia está aumentando más durante los últimos años.
- Cirrosis criptogenética (de causa desconocida).
- Otras causas menos frecuentes.
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¿Cómo se diagnostica la Cirrosis hepática?
Se debe proceder al diagnóstico de la cirrosis hepática y al diagnóstico de sus causas:
- El diagnóstico de la cirrosis hepática se realiza mediante análisis de sangre que muestran alteraciones en la fabricación de muchas sustancias generadas por el hígado (proteínas). Suelen existir alteraciones de la coagulación de la sangre, disminución de la concentración de proteínas, como la albúmina, elevación de las transaminasas, etc. Además suele observarse alteraciones en otros análisis como aumento de gammaglobulinas. Una ecografía hepática puede demostrar alteraciones en la estructura del hígado que sugieren cirrosis. Por último puede conocerse el grado de evolución de la cirrosis mediante la realización de una elastografía por ultrasonidos (fibroscan®) y de una biopsia hepática.
- Para conocer el diagnóstico de sus causas es necesario solicitar análisis especiales de sangre que analicen si existe una infección activa por virus, si existe un aumento de determinados minerales en sangre, si existen datos de enfermedad autoinmune (anticuerpos antinucleares), etc. siendo en ocasiones necesario realizar una biopsia hepática.
También es necesario evaluar si existen complicaciones. Para ello se deben solicitar otras pruebas:
- La presencia de hipertensión portal se evalúa mediante la realización de una ecografía, observando una vena porta de gran tamaño y un bazo aumentado.
- El riesgo de hemorragia digestiva puede valorarse con una esofagoscopia o gastroscopia para ver si hay varices esofágicas.