El ruido a lo interno de la Procuraduría General no cesa. Muchas cosas ocurren pero muy pocas salen a la luz, excepto los disgustos que de manera reiterada y por escrito expresa la titular Miriam Germán Brito, y que siempre se filtran a la prensa, por lo menos a los que cubren la fuente.
Oficialmente se desconocen las razones de cancelaciones masivas en departamentos sensibles como Auditoría y Recursos Humanos; tampoco el por qué la magistrada Germán Brito decidió, de la noche a la mañana, prescindir del director de Comunicaciones, Panky Corcino.
Se ignora asimismo, el motivo que dio origen a su advertencia a los miembros del Ministerio Público, específicamente respecto a “Tratar reiteradamente de forma irrespetuosa, agresiva, desconsiderada u ofensiva a los superiores jerárquicos, a los subalternos y al público”.
Así lo expresa la magistrada Germán Brito en una carta de fecha 17 de febrero en curso, en la que instruye a todos a dar cumplimiento a lo especificado en el artículo 91, numeral 2 de la Ley número 133-11 Orgánica del Ministerio Público.
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Dicho artículo , referente a “Faltas graves”, específicas, ya que las faltas graves “dan lugar a suspensión desde treinta hasta noventa días, sin disfrute de sueldo”.
No es la primera vez que la funcionaria apela a ese recurso para calmar los ánimos a lo interno de la institución.
El pasado 7 de enero la procuradora general también llamó a los actores del sistema a reflexionar sobre su ejercicio profesional, recordándoles que cada uno tiene la obligación moral de esclarecer en sus mentes los puntos que fortalecen su ejercicio.
El 23 de de diciembre del 2022 llamó la atención a los procuradores adjuntos por sus críticas ácidas contra la reputación de los jueces.
Filtraciones
La procuradora en otras oportunidades se ha quejado también por las filtraciones de documentos relativos a los casos que investiga la Procuraduría Especializada en Persecución de la Corrupción (Pepca).