Definitivamente el padre Rogelio tiene quien le escriba y un chin más, pues el sacerdote Ramón Alejo Cruz, mejor conocido como padre Moncho, no solo lo defendió de las críticas del obispo de la arquidiócesis de Baní, monseñor Víctor Masalles, de quien dijo sentir pena por haber expresado públicamente, a propósito de su expulsión de la orden de los salesianos, que en su diócesis quiere sacerdotes, no inquietos sociales. “Me da pena escuchar un obispo decir eso; me da pena. Es que un obispo, un sacerdote, un hombre o mujer de fe viviendo la realidad dominicana del momento puede no ser un inquieto social”. No es mi intención meterme en pleitos de curas, mucho menos tomar partido por una posición u otra, pero resulta difícil no estar de acuerdo con el padre Moncho, sobre todo cuando afirma que si algo necesita la iglesia dominicana son sacerdotes con inquietudes sociales como el padre Rogelio. Obviamente, en eso no estará de acuerdo el obispo Masalles y hay que entender y aceptar sus razones, pues un cura que está en todas partes menos en misa debe ser muy difícil de sobrellevar, pero también de someter a la obediencia, lo que finalmente provocó su separación del rebaño. Pero como les dije al principio el padre Moncho no solo se limitó a defender a Rogelio y su estilo de servir a Dios y al pueblo sino que fue mucho más allá, como cuando se atrevió a preguntarle a Masalles qué actitud toma la Iglesia con los sacerdotes que usan el sacerdocio y su posición para servir a los que esclavizan y roban los dineros del pueblo. Palabras han habido, como dice el pueblo con el que sintonizan tan bien curas como el padre Rogelio y el Padre Moncho, por lo que habrá que esperar la respuesta del obispo que no baraja pleitos ni tiene pelos en la lengua.