Las redes sociales llegaron para quedarse, para impactar nuestras vidas y la forma de vivirlas, pero sobre todo de contarlas y compartirlas. Esa realidad, como tantas otras, no se puede ignorar, por lo que debemos aprender a convivir con ella, con sus virtudes y ventajas, sus peligros y amenazas.
Y eso incluye al sistema de justicia, a fiscales y jueces, abogados e imputados, a los que se presume inocentes pero sin la obligación de creérselo. Pero todo eso lo sabe Servio Tulio Castaños Guzmán, Vicepresidente Ejecutivo de Finjus, quien ayer criticó que la mediatización de los casos esté contaminando los procesos judiciales.
“ A mi lo que me está preocupando de estos casos es el mediatismo, o sea, eso está contaminando los procesos, ya inclusive estamos viendo que las partes están siendo convocadas y conformando estructuras en las redes para comunicar todas las incidencias. Los casos se conocen en los tribunales”.
Y eso es verdad, pero solo hasta que las redes sociales se convirtieron en una especie de realidad paralela en la que mucha gente, incluidos presidentes y gobiernos, parecen creer mas que en la verdadera, y tal vez por eso se empeñan tanto en tratar de controlarla y manipularla en su beneficio.
Si aquí empezáramos a buscar culpables de la utilización de las redes sociales para tratar de influir a favor o en contra de determinados intereses no habría que ir muy lejos, pues ahí están los gobiernos peledeístas, que invirtieron buena parte del Presupuesto Nacional para ponerlas a su servicio.
Y como al Vicepresidente Ejecutivo de Finjus lo que le preocupa es la contaminación de ”estos casos”, oportuno es recordarle que durante la gestión de Jean Alain Rodríguez en la Procuraduría la mediatización de los procesos alcanzó la categoría de “show mediático”, como reveló un costoso asesor de cuyo nombre no hace falta acordarse.
Y tal vez por eso es que tanta gente se alegra de que reciba una cucharada de su propia medicina.