Qué se dice: Trapos sucios al aire.

Qué se dice: Trapos sucios al aire.

Trapos sucios al aire. Hay que decirlo claramente, aunque de poco sirva para detener el curso desagradable que ha tomado la campaña electoral: esa no es la clase de debate que esperaríamos ver en su recta final. Mucho menos si se trata de una exhibición de trapos sucios que a nadie conviene y nada aporta a la democracia, sus instituciones y, mucho menos, al sistema de partidos, que muestra así, de manera vergonzante, su degradación, pero sobre todo la ausencia de filtros y controles que eviten infiltraciones indeseadas en sus militancias. Y como ningún partido, en realidad, está libre de ese pecado, la confrontación entre el PRM y el PLD, acusándose mutuamente de tener vínculos con el narcotráfico, solo dejará perdedores. El PLD dijo estar “alarmado” por la “insensibilidad e irresponsabilidad” mostrada por la dirigencia del principal partido de oposición en el caso de Yamil Abreu Navarro, solicitado en extradición por el gobierno de Estados Unidos acusado de vínculos con el cartel de Sinaloa, a lo que el PRM respondió recordándole el caso de César Emilio Peralta, alias el Abusador, quien operó en el país una red de narcotráfico durante 10 años bajo la protección, supuestamente, de personeros del Gobierno peledeísta. ¿Se someterán ambos partidos al escrutinio de la DEA, la INTERPOL u otra entidad internacional para determinar sus posibles vínculos con el narcotráfico, como propuso la dirigencia perremeísta? Usted y yo sabemos, como lo saben también los que lanzaron el “reto”, que eso no sucederá, que ninguno de los dos partidos permitirá, aunque enseñen el refajo por descuido, coquetería o falta de pudor, que veamos lo que hay debajo.

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