¿Quién es o quién debería de ser Ramona?

¿Quién es o quién debería de ser Ramona?

Claudia Rita Abreu

La película documental dominicana que se exhibe en Novo Centro, llamada RAMONA, de la directora Victoria Linares Villegas, es una pieza extraordinaria, que trata una problemática, expuesta desde hace años escandalosamente en los medios de comunicación, cada vez que salen a flote los resultados de estudios que nos sitúan entre los países de mayor tasa de embarazo adolescente en la Región.

¿Cuántas veces nos hemos quejado de la falta de un verdadero programa de educación sexual integral en el sistema público dominicana? Muchas. Es cierto, que en el Ministerio de Educación, sobre todo, en la sede central, y luego en las oficinas Regionales y Distritales, existen profesionales conscientes de esta situación, lo complicado ha sido operativizarlo, porque, de algún modo, la mala comprensión de la relación entre el Estado y la Iglesia, impide, un empoderamiento justo, sincero y real del tema, doblegando cualquier voluntad política que haya existido y que hasta hora, ha sido y sigue siendo ineficiente.

En otro orden, la cultura rural y marginada, fuera de la realidad de nuestra urbe de la clase media, ha hecho gregaria o normalizada la precocidad infantil (en el sentido de cuidar y valorar la infancia y sus etapas de desarrollo) y las relaciones sexuales con menores de edad, a pesar, de que el matrimonio entre una persona mayor y otra menor de 18 años, está legalmente prohibida desde hace tres años.

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También está prohibido retirar de la escuela a adolescentes embarazadas -pero sucede de todos modos- en muchos casos bajo mecanismos de repudio o de abuso de autoridad, ante la falta de conocimiento de las estudiantes sobre sus derechos. En otros casos, ellas mismas deciden dejarlo porque no les alcanza el tiempo o no cuentan con una familia que se encargue del cuidado de sus hijos e hijas mientras estudian.

Para mi, lo mejor de esta pieza, y lo que más la distingue, es la óptica desde la que está realizada, la cual, no impone ningún juicio de valor o hace uso del efecto de victimizar a sus protagonistas, como elemento principal para cautivar a la audiencia. Más bien, te adentra en una especie de mundo paralelo, donde quienes viven ese “drama social”, ni saben, ni son conscientes del mismo,  como tampoco, que son parte de estadísticas abrumadoras, y que su situación personal, es uno de los más grandes desafíos para quienes creemos en hacer verdaderas políticas públicas que minimicen este círculo viciosos de falencias sociales producto del embarazo adolescente, con la intención de mejorar la vida de las personas en estado de vulnerabilidad.

Ni buenas, ni malas, ni santas, ni diablas, ni culpables, ni inocentes; son nuestras conciudadanas producto de los fallos del sistema, muchas sin cédula aún, en pleno Siglo XXI, viviendo dentro de un entorno de monotonía y pocas alternativas de ocio, pero además, con responsabilidades del hogar impuestas y heredadas desde su infancia como si fuesen adultas.

Agradezco al Centro de Investigación por la Acción Femenina (CIPAF) por la invitación al cinefórum realizado el pasado jueves, y, por supuesto, felicito a la directora de la película, Victoria Linares Villegas, y todo el Staff para la realización de la misma.

Aún, siendo una defensora y consciente de estos temas, materiales como este, nos ayudan a consolidar más la idea de que esta lucha no debe de pararse y con ella, abrir nuestra creatividad para colaborar a desarrollar mayores alternativas que sirvan como fuente de desarrollo de habilidades y talentos que lleguen a más niños, niñas y adolescentes.

¿Quién es Ramona? ¿Quién debería de interpretar mejor el rol de Ramona en una película que se trate de una joven que se embaraza y se escapa de su casa a la edad escolar? Vayan a verla.

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