Ana Cecilia Morum Solano renunció a su cargo como presidenta ejecutiva del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI), a finales del pasado mes de julio, sin que hasta el momento se haya designado de manera oficial y por decreto (como debe hacerse) a una nueva o nuevo titular de esa dependencia del Estado, por lo que, hasta donde se sabe en la opinión pública la institución se encuentra acéfala.
No obstante, la primera dama de la República, Raquel Arbaje, que es la presidenta del Gabinete de la Niñez y la Adolescencia, es quien se ha visto al frente de los actos públicos de la institución durante los días posteriores a la renuncia de Morum, quien, recordemos, tras hacer pública su renuncia dijo que apoyaría la institución desde una posición menos demandante.
Se recuerda que Arbaje estableció claramente desde que su esposo, el presidente, Luis Abinader, asumió el poder en 2020, que no quería manejar una gran cantidad de fondos públicos y tampoco una gran cantidad de empleados para esa dependencia técnico-administrativa.
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¿Qué ha pasado?
La pregunta: ¿Quién está al frente del CONANI? es pertinente ante los recientes episodios que han puesto en duda el manejo de la institución a los menores que está llamada a proteger y se encuentran, precisamente, bajo su cuidado.
Tras la renuncia de su presidenta, Ana Cecilia Morum, padres de menores llevados a hogares de acogida denuncian que sus hijos han sido vistos pidiendo en las calles luego de escaparse de la supervisión del CONANI por supuestos maltratos y que la institución no ha dado aviso a los progenitores.
Asimismo, otra menor sufrió una caída desde la azotea de un tercer piso en una de las instalaciones del CONANI mientras se encontraba bajo la supervisión de cuatro personas adultas que laboran para la institución y se encontraban realizando una actividad al aire libre junto a pequeño grupo de menores.
En este caso, la institución explicó que hasta el pasado fin de semana intentaba dar con los padres de la menor que recibe las atenciones médicas correspondientes tras presentar un trauma craneoencefálico severo, pero que no había sido posible.