Razones por las que debe mantenerse el subsidio a los combustibles

Razones por las que debe mantenerse el subsidio a los combustibles

Arturo Martínez Moya

El gobierno da un trato correcto a la brutal escalada de precios del petróleo. Para reducir las consecuencias económicas, absorbió la mayor parte de las subidas en los meses marzo-junio, dejó de cobrar impuestos por la Ley No. 112-00, selectivo Ad-Valorem de 16%, Ley No. 557-05, e impuesto adicional de RD$2 al consumo de gasolina y gasoil.

En total, RD$65 mil millones, casi tres veces lo devengado (RD$21,829.8 millones) y 2.7 veces lo que se esperaba (RD$23,879 millones) según el Presupuesto Público aprobado antes de la guerra, con una recaudación total de RD$71,636.8 millones para 2022.

El uso que se le dio a los RD$65 mil millones: el 62%, RD$40 mil millones, para subsidiar el consumo de gasolinas, gasoil y glp, y la diferencia, RD$25,043.0 millones, el 38%, fue retenido por el gobierno. Explica porqué, no obstante, el elevado precio internacional del petróleo y derivados, en nuestro país no se redujo el consumo diario, un poco más de 186 mil de barriles, que al precio de 102.53 dólares, el del crudo WTI el pasado miércoles, eleva la factura a US$19 millones diarios o US$6.96 mil millones al año, sobre 7% del PIB, cuando en 1994 fue la mitad, 3.6% del PIB, el pasado año 3.4% y 2.0% del PIB el consumo de gasolinas, gasoil y glp.

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Estas estadísticas hablan por sí solas del grado de dependencia de nuestra economía del petróleo y derivados, no obstante, en los últimos 27 años haber aumentado en 68% la eficiencia energética petrolífera, de consumir 2,235 barriles por cada millón de dólares de PIB en 1994, la dependencia se redujo a 2,040 barriles en 2000, a 967 en 2010 y a 718 en 2021.

La dependencia que tenemos del petróleo importado justifica el subsidio transitorio al consumo de gasolinas, gasoil y glp, porque como lo demuestro más abajo, evitó una fuerte reducción del ritmo de crecimiento económico, con caída de la población ocupada perceptora de ingresos.

Si este año por el barril de combustibles pagamos un precio medio US$95, en lugar de US$62.70 como está en el Presupuesto Público, es decir, un 52% más, sin el subsidio el crecimiento de la economía se reduce en 1.8 puntos porcentuales (3.4% x 0.52), con menos empleos productivos, y los consumidores pierden un punto porcentual (2.0% x 0.52) de poder adquisitivo por aumento de la tasa de inflación.

Con el riesgo de que el aumento de los combustibles acelere su traslado al resto de la cadena de suministro y desate una espiral inflacionaria, porque si los trabajadores tienen que pagar el galón de gasoil, gasolina y glp con el 100% de los impuestos, exigen incremento del salario nominal para preservar el salario real, y los empresarios, para no reducir sus beneficios, trasladan los mayores costos a los precios de los bienes que producen.

Con el subsidio transitorio las pérdidas se reducen a sesenta y nueve décimas de punto (38% x 1.8) y treinta y ocho décimas (38% x 1), respectivamente. Porque es rentable para la economía el gobierno debe mantenerlo, además que, y contrario de lo que algunos piensan, no resta recursos a la inversión pública, no aumenta el déficit de las cuentas públicas, pero tampoco el endeudamiento.

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