El realismo mágico es una corriente literaria de mediados del siglo XX que se caracteriza por la narración de hechos insólitos, fantásticos e irracionales en un contexto realista, donde lo sobrenatural es parte de una realidad común y corriente
Por: Crystal Harlan
Orígenes
Realismo mágico: Significado e historia de este movimiento. El término fue acuñado en 1925 por el crítico de arte e historiador alemán Franz Roh en su libro Nach Expressionismus: Magischer Realismus: Probleme der neusten europäischen Malerei (Postexpresionismo: los problemas de la nueva pintura europea) para describir un movimiento pictórico que incorporaba aspectos mágicos a la realidad, en contraposición al Surrealismo, que se concentraba más en lo onírico, psicológico e inconsciente.
Más adelante, Arturo Uslar Pietri usó el término para referirse a una nueva tendencia en la literatura hispanoamericana en la que la realidad coexiste con la fantasía. Surgió entre 1930 y 1940, y llegó a su auge en las décadas de 1960 y 1970.
En las novelas y cuentos mágico-realistas, el narrador presenta hechos improbables, oníricos e ilógicos de manera natural, sin asombrarse por ellos ni darle al lector una explicación, simplemente presentándolos como si pertenecieran a la realidad.
En el realismo mágico confluyen la influencia del psicoanálisis y del surrealismo europeo, que hacen hincapié en los sueños, el inconsciente y el irracionalismo, y la influencia de las culturas indígenas precolombinas con su tradición de leyendas y mitos en los que se producen hechos fantásticos.
Este movimiento surge tras una época imperada por el realismo, regionalismo, indigenismo y literatura de protesta, aunque en las obras de realismo mágico aún perviven ciertas características de estas tendencias anteriores. Un tumultuoso período político en muchos países de Latinoamérica era parte de la materia prima que estos escritores usaban para desarrollar su obra. Así la crítica social, y un estilo subversivo ante los estratos de la sociedad dominantes, aparecían en las obras literarias dentro de escenarios mágicos y eventos inverosímiles. Este tipo de escritura se convertía en una poderosa arma de crítica social y política. Por ejemplo, se halla denuncia social en Cien años de soledad (1967), novela de Gabriel García Márquez.
Otros escritores importantes del realismo mágico son Miguel Ángel Asturias, Elena Garro, Rómulo Gallegos, Jorge Luis Borges, Juan Rulfo, Julio Cortázar y Arturo Uslar Pietri.
Características de la escritura
Las siguientes son, por lo general, las características de la literatura que se acoge a este movimiento:
*Tiempo no lineal de la narración, con uno o más narradores.
*Importancia de los sentidos en las descripciones.
*Descripciones de contextos, lugares y fechas reales.
*Coexistencia de lo real y lo fantástico en un escenario verosímil.
*Relevancia de los sueños, como escenario donde suceden las cosas.
*Crítica política, en particular a la élite y las clases privilegiadas.
*Aceptación de lo fantástico y sobrenatural como parte de la realidad de parte de los personajes.
*Indiferencia del narrador a lo sobrenatural; no hay explicaciones acerca de lo que sucede y esto ayuda a que el lector acepte este entorno y sus reglas sin cuestionamientos.
Real Maravilloso versus Realismo Mágico
Algunos críticos agregarían a esta lista a Alejo Carpentier, quien usó el término «real maravilloso» en la introducción a su novela El reino de este mundo (1949) para describir su nueva estética. La discrepancia se debe a que a veces real maravilloso se usa como sinónimo de realismo mágico, sin embargo hay varios críticos que afirman que estos dos términos no se deben usar indistintamente ya que no son iguales.
Por ejemplo, a diferencia del lenguaje claro y preciso del realismo mágico, Carpentier emplea un estilo barroco lleno de adornos y artificios. Otra diferencia es que el realismo mágico es una corriente internacional que apareció por primera vez en Europa, mientras que lo real maravilloso está más arraigado en las culturas indígenas y africanas de las Américas.
Obras de esta corriente literaria
«Cien años de soledad», de Gabriel García Márquez, «Pedro Páramo», de Juan Rulfo, «Leyendas de Guatemala», de Miguel Ángel Asturias, «La muerte de Artemio Cruz», de Carlos Fuentes, «Bestiario», de Julio Cortazar, «La lluvia», de Arturo Uslar Pietri, «La guerra del fin del mundo», de Mario Vargas Llosa, «El amor en los tiempos del cólera», de Gabriel García Márquez.
Ejemplo de realismo mágico
Como ya hemos dicho, Cien años de soledad es una de las obras cumbres del realismo mágico y en esta abundan episodios insólitos como este:
«[…] Acabó de decirlo, cuando Fernanda sintió que un delicado viento de luz le arrancó las sábanas de las manos y las desplegó en toda su amplitud. Amaranta sintió un temblor misterioso en los encajes de sus pollerines y trató de agarrarse de la sábana para no caer, en el instante en que Remedios, la bella, empezaba a elevarse. Úrsula, casi ciega ya, fue la única que tuvo serenidad para identificar la naturaleza de aquel viento irreparable, y dejó las sábanas a merced de la luz, viendo a Remedios, la bella, que le decía adiós con la mano, entre el deslumbrante aleteo de las sábanas que subían con ella (…)
Los forasteros, por supuesto, pensaron que Remedios, la bella, había sucumbido por fin a su irrevocable destino de abeja reina, y que su familia trataba de salvar la honra con la patraña de la levitación. Fernanda, mordida por la envidia, terminó por aceptar el prodigio, y durante mucho tiempo siguió rogando a Dios que le devolviera las sábanas».
(Tomado del portal de Internet About Español, https://www.aboutespanol.com/realismo-magico-2206549)