Ineludiblemente estamos ligados a Haití de manera indisoluble. Triste realidad que, queramos o no, hay que aceptar, y por ello vemos con preocupación la vigencia de los antivalores manifestada con la llegada a la vecina comunidad haitiana de Juana Méndez del convicto Guy Philippe, sentenciado a 9 años de cárcel en los EE.UU. por problemas de tráfico de drogas, además de encabezar el derrocamiento en el año 2004, del expresidente Jean-Bertrand Aristide.
Puede leer: Fin de semana muy peligroso
Acompañado de una fuerte escolta armada y seguido por cientos de ciudadanos del vecino país, quienes vociferaban expresiones de alabanza como: “llegó nuestro libertador, viva Haití”, se pavoneaba el exgolpista y excomisario de la Policía en Cabo Haitiano, con ínfula de héroe, alegando que recorre las principales ciudades de su país para verificar la realidad que vive su pueblo sin dejar de alabar la valentía de los hombres y mujeres que soberanamente construyen el canal, fuente de conflictos, con la República Dominicana.
Aseguró que el 2024 es el año en el que se restablecerá el respeto a su país y acusó a los Estados Unidos de todos los problemas por los que atraviesa esa nación por lo que hará una revolución con el pueblo y para el pueblo. ¿Qué le parece, amigo lector?