POR: Dr. Eduardo Ogando
El deber me obliga a tomar parte en el debate de la desescalada puesta en marcha en Rep. Dom. A partir de la segunda fase, la aguja de la curva de contagios amenaza con verticalizarse. Todos los países están en la obligación de iniciar la reapertura debido a que las medidas restrictivas no son sostenibles a largo plazo.
Para una reapertura exitosa en cualquier región, país o provincia, debemos entender que la pandemia Covid-19 marcará un antes y después en nuestro estilo de vida al menos por varios años.
Desescalada significa desmontar las restricciones conforme a los postulados del método científico: Desde lo general a lo particular; y desde lo simple a lo complejo. Significa levantar las medidas de control del contagio, iniciando con las menos afectiva hasta terminar con la más efectiva. Veamos las medidas restrictivas conforme a sus efectos en el control del contagio:
USO DE MASCARILLAS: Es la panacea para controlar cualquier enfermedad de trasmisión aérea; deberá ser la última medida a levantar, sin ella ningún país controlará la pandemia. Sólo hay dos maneras para levantar esa medida: la vacunación, o el desarrollo de inmunidad natural. En consecuencia, la reapertura no significa soltar las mascarillas, si se hiciera, la segunda ola de contagios opacaría a la primera.
DISTACIAMIENTO FISICO DE DOS METROS: Esa medida se puede levantar, no controla el contagio; ejemplo: Canadá está entre los diez países más ricos del mundo, los tres principales indicadores son Riqueza, Educación y Nivel Sanitario. Se estableció el distanciamiento físico con una multa de 750 dólares por violación de esa medida.
A la fecha en Canadá hemos superado los cien mil contagios y 8,430 muertes, para una tasa de mortalidad de 23.8 defunciones por cien mil habitantes; es decir, 4 veces más alta que la tasa de mortalidad de Rep. Dom. (6.1 por cien mil).
El distanciamiento físico podría ayudar un poquito en países que no han introducido la obligatoriedad de las mascarillas, pero jamás controlará el contagio, pues no podemos asumir que el espacio de dos metros que separa a dos personas está libre de virus.
Imaginemos que usted está en una fila donde se aplica el distanciamiento físico, supongamos que la persona que va delante de usted está infectada y no lleva mascarilla; cuando la fila se mueva hacia delante, usted estaría justo en el lugar que la persona infectada ocupaba un segundo antes; ahora usted estaría inhalando los virus que esa persona exhaló. Literalmente, estaríamos caminando sobre una línea de virus flotantes. Adicionalmente, hay lugares en los cuales la aplicación de esa medida presenta dificultades de orden práctico: autobús, metro, hospitales, avión. mercados, etc.
LAS PRUEBAS RÁPIDAS: Se puede prescindir de ellas; en vez de controlar el contagio, creo que lo aceleran; su utilidad es otra, ya lo referimos en un artículo anterior. Como ejemplo, en Canadá se han aplicado 2.3 millones de test; en USA, 3.5 millones; en Rusia, 1.7 millones; Italia, 1.4 millones; Brasil, 1.6 millones; Perú, 1.3 millones. En el mundo se han aplicado 27 millones de test; en vano podrán quintuplicar ese número y no controlarían la pandemia. En esos países la situación de la pandemia es peor que en la R.D., donde sólo se han realizado unas 100,000 pruebas.
EL CONFINAMIENTO SOCIAL O CUARENTENAS: Esa medida es efectiva, pero es imperativo levantarla debido a su insostenibilidad en una epidemia de largo plazo; por tanto, hay que sobrevivir a la pandemia con las mascarillas ajustadas en todo momento: trabajo, eventos, espectáculos, docencia, congresos, conferencias, reuniones, vuelos, elecciones, cualquier actividad donde no sea imperativo destaparse boca y nariz.
GUANTES: Son efectivos evitando el contagio mecánico con nuestras propias manos luego de tocar superficies contaminadas, pues nadie con las manos enguantadas se tocaría el rostro, pero nunca serían efectivos en ausencia de mascarillas. Son medidas auxiliares, no obligatorias para el público.
OTRAS MEDIDAS: Higiene general, lavado de manos, geles desinfectantes, etc., todas ellas son recomendaciones auxiliares a las mascarillas. Países que pretenden controlar el contagio con sólo medidas auxiliares, desafortunadamente nunca lo lograrán.
En conclusión, la desescalada o reapertura, debe ser un compromiso muy serio entre autoridades y población. Las autoridades garantizarían el suplido gratuito de mascarillas, reforzamiento de la higiene sanitaria, y programas educativos para la preservación de la salud. La población por su parte asumiría la responsabilidad de llevar mascarillas bien ajustadas en todo momento, preservando la salud individual y colectiva.
El virus que hoy usted exhala contagiará a alguien, y desde ese alguien retornará hacia un amigo, relacionado, o familiar suyo. La mascarilla es al coronavirus, lo que el preservativo al VIH-SIDA, o el cinturón de seguridad es a los accidentes de tráfico vehicular.