Redes eléctricas: ¿Barrera técnica de entrada?

Redes eléctricas: ¿Barrera técnica de entrada?

Ángel S. Canó Sención

Las redes eléctricas se erigen como una de las obras de ingeniería más relevantes de la era moderna por su naturaleza compleja, dinámica e interconectada, que les facilita operar como sistema para la energía producida a partir de una variedad de tecnologías y recursos y distribuirla al consumidor final, sin importar la distancia.

La capitalización de la CDE, entre otras cosas, pasó el servicio eléctrico desde la centralización a una segmentación de áreas de negocio, redistribuyendo la obligación de una planificación coordinada para una operación eficiente y sin rezagos del sistema. El obligado interés del Sistema de Transmisión Eléctrico (STE) hace que todavía hoy figure como desafío del sector, como lo referí en el año 2019 (https://hoy.com.do/red-transmision-desafio-tiene-rd-en-materia-de-energia-renovable/).

La planificación identifica la necesidad del fortalecimiento de la infraestructura de redes, en especial el STE, ya que por ellas se transporta la energía que se entrega al SENI, y las de distribución por ser la vía que tiene el usuario para el acceso a la electricidad. Ambos segmentos resultan vinculantes al momento de la planificación.

Las limitaciones de capacidad de las redes se han convertido en nuestro mercado en una forma de barrera de entrada que, por un lado, impide a los grandes centros de generación existentes tener vías de evacuación apropiadas de la energía que producen y se demanda a nivel nacional y, por otro lado, implican una importante limitación para el ingreso de nuevos proyectos de generación, especialmente los de energía renovable, por el riesgo operativo de congestionamiento de las líneas de transmisión.

Identificar una barrera de entrada para nueva inversión invocándose limitaciones en las redes de transmisión implica una reducción a la competencia en el segmento de generación, por cuanto la ausencia de nuevos agentes desmotiva a que los agentes establecidos se comporten de manera competitiva. Puede esto derivar en las condiciones de precios del mercado y provocar el riesgo del surgimiento de un oligopolio en el sector.

Las redes de distribución, quizás en menor escala, por igual presentan retos especialmente en los casos referentes a la incorporación de los llamados sistemas de generación renovable (SGR) en un escenario de generación distribuida, con los que se limita el derecho a la autoproducción y venta de excedentes.

Si bien la planificación en el sistema de transmisión y en la distribución tienen un vínculo puntual, por cuanto esta última debe estar en capacidad de recibir el volumen de energía que las primeras pueden inyectar, no menos cierto es que, asumiendo el crecimiento de la demanda del sector y la necesidad de garantizar espacios a la generación, el desarrollo de la infraestructura de transmisión no debe limitarse ni quedar supeditada por la planificación en el segmento de distribución.

Esto así porque no solo es satisfacer los intereses de los generadores que han invertido en el sistema sino, y más importante aún, es la obligación de satisfacer la demanda de los usuarios del servicio eléctrico que cada año va en aumento como reflejo del crecimiento económico que experimentamos.  

Resulta de alto interés nacional asumir los compromisos planteados en los Planes de Expansión de los entes concernidos en el tema de la operación y eficiencia del sector eléctrico, lo que apunta a la mejora del servicio eléctrico, con un efecto importante en la reducción de las pérdidas técnicas.

Su abordaje representa un significativo compromiso de inversión para el Estado y los agentes del sector privado. Pero, si apostamos al desarrollo nacional teniendo como referente la END, resultará difícil mantener la correlación del desarrollo económico con el bienestar social si no se destinan los recursos para estas expansiones.

Avanzar en el fortalecimiento de las redes de transmisión y distribución conforme a la planificación, exige también dotarlas del marco regulatorio apropiado para evitar que continúen presentándose como barreras para las inversiones, a la competencia y como limitación para un servicio eficiente, continuo y seguro que demanda la sociedad de hoy.