Reflexiones sobre el transcurrir de 54 años de vida pública y académica

Reflexiones sobre el transcurrir de 54 años de vida pública y académica

Al presidente Juan Bosch, al presidente Joaquín Balaguer y a José Francisco Peña Gómez

¡Qué feliz eres, niño, sentado en el polvo,
divirtiéndote toda la mañana con una ramita rota!
Sonrío al verte jugar con este trocito de madera.
Estoy ocupado haciendo cuentas,
y me paso horas y horas sumando cifras.
Tal vez me miras con el rabillo del ojo y piensas:
“¡Qué necesidad perder la tarde con un juego como ese!”
Rabindranath Tagore
4/5
La confluenciade las tres más grandes revoluciones que conoce la humanidad, entre mucho de sus efectos, produjo la cultura de la urgencia. Este fenómeno, sin que nos diéramos cuenta, se inicia, se desarrolla y genera una serie de efectos tantos negativos como positivos, que alcanzan a todos los ámbitos de la sociedad: económico, emocional, familiar, político, cultural. Y nos hizo olvidar la vida apacible, pautada, alejándonos de la reflexión, porque hay que dar respuesta a la exigencia del vivir, del instante.
La cultura de la urgencia reduce todo a la inmediatez, prestigia el cortoplacismo, el ahora mismo, conspira, cosa ya bien probada, contra la construcción del futuro. Justo es hacernos la siguiente interrogante: ¿O es que los que alientan a esta cultura entienden que el futuro no es más que el presente? El ahora mismo significa que en la cultura de la urgencia todo se resuelve en un plano inmediato y ese es el futuro. Mientras que el futuro proyectado, el que buscamos conscientemente, requiere de la planificación y la reflexión, lo que conecta directamente con el empoderamiento que promueve al individuo, sus posibilidades, su forma de actuar, su libertad.
Si tenemos conciencia de lo que nos ocurre, conciencia de la sociedad, conciencia del porvenir, y tenemos, igualmente, las informaciones necesarias y pertinentes, las que nos ofrece la revolución del conocimiento, producto de los cambios que se suceden de manera disruptiva, entonces tendremos los instrumentos apropiados para conducirnos con buenos pasos en la vida.
Por otra parte, es sano recordar que en el proceso de satisfacer las urgencias inmediatas, perdemos la libertad de elección porque nos encadenamos a una sucesión de demandas que requieren ser satisfechas.Y esto va más allá, en esa carrera perdemos la perspectiva, la razón vital de la existencia, pues los otros se apoderan de muchas de nuestras prerrogativas.
En la cultura de la urgencia, subrayamos, no hay tiempo para lo personal profundo, de ahí que nada se disfruta, porque la urgencia es para cubrir urgencias. Asimismo, reduce dramáticamente el ahorro y provoca un consumo apabullante.
Otra consecuencia es el estado de emergencia que, por naturaleza, contiene este modelo que desequilibra las relaciones múltiples de la sociedad moderna lo que se dificulta el establecimiento de prioridades porque no las acepta, y no la acepta porque su existencia exigereflexión, planificación y proyección y nada de esto tiene cabidaen lo urgente: lo urgente responde a una sola cosa: a la necesidad de satisfacer lo inmediato.
Contario ocurre con el empoderamiento, que invoca la planificación, la reflexión, que requiere del conocimiento, necesita esas fuerzas que se disponen para la conducencia y la construcción de un estado realmente de bienestar colectivo.
De modo que esta reflexión que hacemos a esta edad y también después de variadas lecturas sobre el tema, nos lleva a una absoluta conclusión: como la era del conocimiento no tiene reversa, como los cambios se producen continuamente de manera exponencial, nos urge buscar fórmulas para convivir con esta realidad irreversible, y una de esas fórmulas es el empoderamiento individual que conduce al colectivo. Y la conjunción de las dos no proporciona una fuerza idónea para la construcción de un futuro promisorio para la colectividad. Y paradójicamente, la revolución que produjo la cultura de la urgencia también nos proporciona las herramientas para enfrentarla, pues nunca en la historia de la humanidad había sido tan fácil y tan accesible y tan barato iniciar y hacer crecer un proyecto propio, pues ahí tenemos todas las herramientas: las informaciones.