Dos países, la misma isla, diferentes tragedias en las últimas semanas. La República Dominicana y Haití han vivido momentos de llanto y dolor debido a los hechos que han acaecido desde finales de noviembre.

La lista de desgracias la encabeza la República Dominicana, al registrar al menos cinco hechos que han consternado dicha nación. El país fue noticia internacional cuando se conoció que el día 25 del pasado mes ocho personas perdieron la vida al zozobrar una embarcación ilegal en la costa del municipio de Miches, provincia El Seibo.

Durante las labores de rescate, las autoridades pudieron salvar a otras 22 personas en la costa de Celedonio de dicha demarcación.

A finales de la pasada semana, un accidente que tuvo lugar al sur de México y que cobró la vida a unos 54 migrantes impactó la República Dominicana: Cuatro banilejos fallecieron entre las víctimas.

La tragedia, que enlutó a Baní, en la provincia Peravia, inició cuando el tráiler donde iban unas 160 personas de diferentes nacionalidades con la esperanza de conseguir el “sueño americano” se volcó. Algunos muertos tuvieron que ser identificados por los tatuajes que tenían.

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El pasado 13 de octubre, mientras se actualizaban algunos datos sobre el accidente en México, Haití volvió a los titulares; esta vez no por el magnicidio ni su crisis política, económica y de seguridad. Unas 50 personas perdieron la vida luego de una explosión de un camión que transportaba gasolina.

De acuerdo a los primeros reportes, el vehículo con el inflamable se vio involucrado en un accidente en Cap-Haïtien, mientras las víctimas recogían el combustible que se había derramado se incendió. Las autoridades de la vecina nación expresaron su tristeza por lo sucedido.

«Me enteré, con desolación y emoción, de la triste noticia de la explosión». Fueron de las primeras palabras del primer ministro Ariel Henry sobre el hecho, el cual declaró además tres días de duelo.

Esto se suma al contexto que vive la nación, abatida por los constantes secuestros y una crisis social cuando a seis meses del asesinato de su presidente Jovenel Moïse emergen todavía más dudas que esperanzas.

De regreso a la República Dominicana, un incendio se produjo la madrugada del lunes 13 de este mes en el complejo turístico “Casa Bonita” de la provincia Barahona.

Según informaciones preliminares, no se reportaron víctimas. Los turistas que se encontraban alojados en el hotel fueron trasladados a otras áreas seguras. Los bomberos pudieron sofocar el siniestro. El hecho, aunque no produjo víctimas mortales, supone un golpe al turismo en la zona, debido a que Casa Bonita es uno de los atractivos de la provincia sureña.

Otro suceso que se une a la lista de acontecimientos dolorosos en la República Dominicana es el registrado en Navarrete, provincia Santiago.

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Dos alumnos de la escuela básica Clarilidia Cepín resultaron heridos por quemaduras luego que les estallara una bomba de fabricación casera, la cual fue lanzada desde el exterior del plantel educativo.

Las autoridades de Educación condenaron el hecho y lo calificaron como vandalismo, al tiempo de solicitar que profundicen las investigaciones en torno al caso.

En otro hecho, un vehículo se incendió en el autoservicio del restaurante de comida rápida McDonald’s, ubicado en la avenida Máximo Gómez con Simón Bolívar de la capital dominicana. De acuerdo a la versión de un empleado del establecimiento, el vehículo era propiedad de un cliente a quién lo socorrió unidades del cuerpo de bomberos.

El matiz trágico que se ha vivido en los últimos días en ambas naciones se suma a las condiciones propias tanto de la República Dominicana como de Haití en el ocaso del año 2021.