Entre lágrimas, música y anécdotas fue recordado el periodista Orlando Martínez Howley, al cumplir 50 años de su asesinato, con la actividad “Flores para Orlando”, realizado en la intersección de la avenida José Contreras con Cristóbal de Llerena, lugar donde fue abatido.
En el busto fue depositado una ofrenda floral, encabezado por miembros del Comité Permanente de Homenaje a Orlando Martínez y autoridades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), academia que lo definió como “Un hijo de la UASD, un hijo de sus aulas”.
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Al tomar la palabra, su amigo, Narciso Isa Conde, resaltó cómo 50 años después aún perdura un sistema de injusticia y opresión que le tocó vivir y sufrir a su compañero de luchas políticas.
Exhortó a emular los valores éticos que convirtieron a Martínez Howley en símbolo del periodismo, apegado a la defensa de los intereses nacionales apegados al derecho a la libre expresión, sin que por esto nadie sea reprimido o asesinado. “El tiempo de Orlando perdura: sus ideas viven, sus acciones y trayectoria han estado a prueba de balas de fusiles, cañones y misiles asesinos”. manifestó.
Callaron una voz que enfrentó males sociales
La familia estuvo representada por Sergio Martínez, hermano de Orlando, quien no pudo contener las lágrimas, al narrar la ausencia forzada de Martínez y resaltar que, sin razón, fue un hecho inútil, por querer acallar su voz. “Mientras exista personas que tenga conciencia, siempre estará Orlando vivo. Hay que recordar que solo muere aquel que es olvidado y nosotros nos negamos a olvidarlo”. expresó.
Señaló, además, cómo se desvivió y luchó siempre por los más necesitados, el despojo de las tierras a los campesinos, los bajos salarios, así como la protección de los recursos naturales por empresas multinacionales de la época.
Mientras, el presidente del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), Aurelio Henríquez, destacó el antes y después del periodismo, gracias a la lucha de Orlando por las libertades públicas y de prensa, además de hacer “un periodismo ético y responsable”.
En el acto fueron leídos algunos de los escritos del malogrado periodista y su influencia en la vida de éstos, al ritmo de la canción “por ser de la patria y un orgullo dominicano. El hecho ocurrió el 17 de marzo de 1975.