Dueños negocios formales apoyan obra con firmeza; propietarios de casetas dicen ser víctimas atropello

La intervención de la zona comercial de la avenida Duarte con París, caracterizada por el desorden, el bullicio y la falta de higiene, es una medida celebrada por muchos de los que por allí transitan a diario y por propietarios de negocios formalmente establecidos. Empero, este proyecto de adecentamiento arrancó el pasado domingo con la destrucción, sin aviso, de las casetas que estaban colocadas en las aceras, según denuncias de los propios afectados.

Esta primera etapa de la iniciativa se concentra en la calle París, en el tramo comprendido entre la calle Jacinto de la Concha y la avenida Duarte, el cual se encuentra cerrado con una valla de zinc y custodiado por policías y militares desde el pasado domingo, lo que ocasiona que los vehículos que circulan por ahí deban desviarse por vías secundarias.

Dentro del área cercada, retrocavadoras y camiones volteos trabajaban ayer en la mañana en la readecuación del terreno, labores que no impedían el flujo de personas por las aceras ni las actividades comerciales de los negocios formales.

Se prevé que el siguiente paso de la iniciativa sea la excavación para el soterrado del cableado, ampliación de las aceras y el nuevo drenaje pluvial y sanitario.

También está previsto la iluminación y el asfaltado de la zona y la construcción de nuevas casetas para buhoneros en el tramo de la calle París entre la Duarte y Jacinto de la Concha.

Los responsables. La primera fase de la obra es responsabilidad de la Fundación Acción, Emprende y Transforma, que preside el ministro de Turismo y exalcalde del Distrito Nacional, David Collado, en coordinación con el cabildo de la capital, con una inversión de RD$100 millones, aportados por el sector privado.

Collado informó que es el resultado de un proceso de más de cuatro años de planificación, diálogo y acuerdos que finalizaron la semana pasada, coordinados por el diputado del Partido Revolucionario Moderno (PRM) Aníbal Díaz y con el apoyo en esta etapa del Ayuntamiento del DN, la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd) y otras instituciones del Estado. Los empresarios Juan Vicini, Ligia Bonetti, entre otros, son los coordinadores por parte del sector privado.

Bien recibida. La readecuación de esta neurálgica área comercial de la capital tiene el apoyo de muchos de los propietarios de los negocios formales, quienes sostienen que el proyecto solo dejará beneficios y que ha habido poca oposición al mismo.

Héctor Catedral, un vendedor de zapatos deportivos que lleva 47 años trabajando en la Duarte con París, manifestó que esta obra es “muy valiosa” y “productiva” para el comercio y dijo estar confiado en que las ventas aumentarán una vez concluida la intervención.

“Nuestra intención es cooperar con el proyecto porque nos favorece. Cuando lo terminen, se espera que las ventas suban más de un 80 por ciento”, dijo.
De su lado, Jasip Rodríguez, comerciante desde hace 50 años, estima que la iniciativa permitirá traer un importante flujo de turistas, que se encontrarían con un punto comercial embellecido y en el que podrán comprar con confianza.

La otra cara. Dueños de las casetas destruidas en la Duarte con París afirman que las autoridades ni les avisaron ni les dieron oportunidad de mover sus mercancías antes de que iniciaran los trabajos la mañana del domingo pasado.
Alexis Carmona y Jorge Luis Cuevas, miembros de la Asociación de Buhoneros del Distrito Nacional (Asobudina), cuentan que cuando llegaron a la zona comercial el pasado domingo, se encontraron con sus puestos de trabajos desmantelados y las mercancías en el suelo.

Añaden que trataron de colocar temporalmente sus productos en la plaza de buhoneros ubicada en la calle París con Jacinto de la Concha, pero los policías los obligaron a sacarlos de ahí.
Reporteros de Hoy constataron la presencia de restos de casetas y fundas de mercancías arrumbadas en la calle Santiago Mota, próximo a la valla que delimita el área a intervenir.

Carmona y Cuevas aseguran que unos cincuenta propietarios se encuentran en una situación de incertidumbre similar y que esperan una respuesta de parte de las autoridades.
Además afirman que una mujer promotora de la obra trató de persuadirlos con dinero para que no reabran sus casetas en los próximos días y para que no hablen con la prensa.