En Sabana Yegua Viejo, en la provincia Azua, hace muy poco se comenzó a vivir la vida de una forma diferente.
Hace unos pocos años, allí el tiempo no había pasado: la comunidad no había avanzado, pues aún se bebía agua de un canal y la energía eléctrica era un privilegio que muchos vinieron a conocer de mayores.
Como es costumbre en República Dominicana, los de esta localidad azuana, al igual que en muchas otras, solo son importantes para que los políticos alcancen el pastel gubernamental y luego incumplirles con lo prometido en campaña.
En Sabana Yegua Viejo aún se respira pobreza, pues, a sus residentes, muy poco les ha tocado del crecimiento económico experimentado desde hace años y que tiene a la República Dominicana entre los líderes de la región.
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Sí, allí hace poco la situación ha cambiado, ya que ahora las carencias de los servicios básicos, que debió proveer el Gobierno dominicano, comienzan a disiparse y las 52 familias que conforman la comunidad palpan un desarrollo comunitario, gracias a Nature Power Fundation, que ha trabajado con alianzas y organismos internacionales para transformar la vida de esas familias vulnerables.
“No tenemos ni un chele y nos sentimos como millonarios”, expresa un residente, al detallar que hoy cuentan con energía eléctrica, agua potable, sanitarios y casas dignas donde vivir.
Para esas personas, el trabajo de la fundación ha sido más que una bendición, pues la esperanza de poder vivir como ahora lo hacen se había perdido hace tiempo.
El proyecto, realizado en Sabana Yegua Viejo, por Nature Power Fundation, lleva por nombre Natural Village 1, donde se ha impulsado el desarrollo de una comunidad, pero un desarrollo apegado a la sostenibilidad, que ha llevado la construcción de una micro central de paneles solares, un acueducto y construido, con la ayuda de los comunitarios, las viviendas, hechas todas de material plástico reciclado.
Esto ha conllevado una inversión de alrededor de RD$70 millones, cifra de la cual el 15% ha sido compartida con los comunitarios.
“El desarrollo de esta comunidad, utilizando tecnologías limpias, ha sido en colaboración con los comunitarios, porque hemos querido que ellos sean agentes de su propio cambio. Esta primera implementación, el Natural Village, se está replicando en otras zonas de la provincia de Elías Piña y luego se hará en Pedernales”, contó Raquel Cueto, directora de Alianzas y Comunicaciones de Nature Power Foundation.
Además de proveerles de servicios esenciales y casas, los comunitarios también han recibido formación, lo que les ha permitido constituirse como una cooperativa, con ayuda de otras organizaciones, agregó.
En cada esquina de la comunidad hay zafacones para el reciclaje de plásticos, lo que demuestra el compromiso de los residentes por preservar el medio ambiente.
De acuerdo a Cueto, cuando llegaron a la zona para realizar una labor social, vieron en los residentes una disposición y deseo de superación que motivó a la fundación a trabajar un programa de desarrollo completo, donde los comunitarios fueran agentes primordiales de la transformación.
“Ellos pudieron construir sus propias viviendas, el acueducto, en un proceso de desarrollo y formación, que pudimos agotar en dos años. Hemos sumado a otras organizaciones que los han ayudado a desarrollar ese trabajo comunitario y empoderamiento”, añadió.
Dijo que la principal intervención de la fundación en esta zona del la región Sur de la República Dominicana, ha sido por el nivel de necesidad que tiene.
“La idea es romper con el tema del asistencialismo, de donar y ya, sino, que se puedan desarrollar proyectos en el que la comunidad tenga el mayor interés de lograr lo que se propone. Que tenga la iniciativa de un trabajo y sostenerlo en el tiempo, para que esto no sea algo que se concluya con una sola intervención”, dijo.
Recordó que muchos aliados confiaron y se sumaron para apoyar el proyecto de la comunidad de Sabana Yegua Viejo.
“El primero que apoyó este modelo fue el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con su Laboratorio de Innovación, luego se sumó la Embajada de Alemania, que aportó en la micro central solar y otras instituciones”, agregó.
Dijo que en otras comunidades, que no están tan avanzados como Natural Village 1, han realizado proyectos focalizados.
“Hemos concluido acueductos en San Juan de la Maguana, por ejemplo, que opera con bombeo solar”, explicó Cueto.
Al ver el panorama, Ramón Reinoso, líder de la comunidad, explica que después de que se iniciaron los trabajos para el desarrollo de Sabana Yegua Viejo, los residentes se sienten de marravilla, ya que antes vivían en condiciones muy vulnerables.
“La mejora que hemos recibido ha sido bastante importante, aunque no puedan darnos todo lo que necesitamos”, señaló.
La felicidad de los comunitarios al ver sus casas, es notoria en cada esquina, pero aún sueñan con que el Gobierno le construya una escuela más cercana, para que sus hijos puedan asistir.
“Esa escuelita que tenemos ahí, que gracias a Dios tiene hasta internet, solo llega a niveles básicos, después de ahí hay que mandar a los niños para afuera, para que puedan continuar estudiando”, explicó Reinoso.
Qué hacer
En la comunidad, ganarse la vida sigue siendo muy difícil, pues aquí, los hombres viven de la venta de algunos productos o de trabajar la tierra por días en fincas cercanas.
Según contó Elsan Emilio Díaz, vicepresidente de la comunidad, también vivían de la venta de peces, pero ahora no tienen recursos para la crianza de éstos.
En la comunidad hay una piscifactoría, desarrollada por la fundación.
“Ahora nos faltan recursos para la crianza, porque esto demanda mucha comida . Tenemos los charcos llenos de agua y limpios”, recalcó Díaz.
Para esa acción, la fundación también se ha preocupado por darles formación y está buscando la ayuda de organismos.