WASHINGTON. El Senado de Estados Unidos alcanzó el lunes un acuerdo para reabrir el gobierno federal, que cumple su tercer día de parálisis parcial con cientos de miles de funcionarios en sus casas sin goce de sueldo. Este «cierre» del gobierno, que ocurre cuando los republicanos controlan el Congreso y la Casa Blanca, opacó el primer aniversario de la toma de posesión del presidente Donald Trump el sábado.
Tras intensas negociaciones el fin de semana, la oposición demócrata aceptó el lunes votar un proyecto de ley de financimiento provisional del Estado hasta el 8 de febrero, a cambio del compromiso de la mayoría republicana de abordar la regularización de cientos de miles de inmigrantes indocumentados conocidos como «dreamers» (soñadores).
El proyecto de ley acordado superó un obstáculo de procedimiento clave en el Senado por una abrumadora mayoría de 81-18 votos. Resta la votación del texto en el Senado y se espera la aprobación definitiva en la Cámara de Representantes para el final del día.
Poco antes de esa votación clave, el líder de la minoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, anunció en el hemiciclo que «después de varias discusiones, ofertas, contraofertas» había logrado un acuerdo con el líder republicano, Mitch McConnell. «Votaremos hoy para reabrir el gobierno», dijo Schumer.
Pero recordó a McConnell su promesa de legislar para contemplar la situación migratoria de unos 700.000 «dreamers», en riesgo de deportación con el fin del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, en inglés). «Si no lo hace, y por supuesto espero que lo haga, habrá violado la confianza no solo de los senadores demócratas, sino también de los miembros de su propio partido», dijo Schumer.
El DACA, creado por el expresidente Barack Obama en 2012, expira el próximo 5 de marzo, pero más de 15.000 dreamers ya perdieron su estatus desde que Trump lo derogó en septiembre pasado.
Greisa Martinez Rosas, beneficiaria del programa y activista de la organización United We Dream, instó al Congreso a alcanzar una solución ahora, sin postergaciones.
«Las promesas no protegerán a nadie de la deportación porque todo retraso significa deportaciones para nosotros», dijo en una rueda de prensa.