Por: Haivanjoe NG Cortiñas
El aumento del stock y el perfil de la deuda del sector público no financiero (SPNF), es de interés recurrente y de discusión casi permanente. A abril del 2021 la deuda era de US$ 47,446 millones, equivalente a un 56.8 % del PIB y ha estado en constante crecimiento, así como cambios en la composición de acreedores, tipo de moneda, tasa de interés, plazo e instrumento financiero.
Al aumentar el stock de la deuda, también en forma progresiva ha crecido el servicio de la deuda, restando espacio fiscal a través de una mayor presión de los intereses sobre los ingresos corrientes y generando en forma simultánea una trampa de deuda, ocasionada por deuda que genera nuevos pasivos.
Como durante el 2020 el aumento del stock de la deuda, el incremento de la presión de la deuda/PIB, el aumento de la carga del servicio de la deuda y el deterioro del balance primario fiscal fueron notorios, las autoridades anunciaron que realizan esfuerzos e iniciativas para cambiar el perfil de la deuda, para hacerla sostenible, con un costo menos oneroso para las finanzas públicas.
La política de financiamiento del presupuesto nacional, se podría resumir en que la gestión de deuda, considera la liquidez en los mercados de capitales externos e internos, así como la disponibilidad de recursos de los organismos multilaterales al país y que las fuentes de financiamiento incluyan a los mercados; manteniendo flexibilidad para adaptarse a la evolución de los mercados en condiciones de plazo y costo más favorables para el Estado, orientada a mejorar los riesgos y los vencimientos.
Mientras, el Ministerio de Hacienda ha indicado que la estrategia de endeudamiento se apoya más en el financiamiento con organismos multilaterales, así como dar preferencia al endeudamiento en pesos con el objetivo de quitar presión sobre las necesidades de crédito y que irá cambiando el perfil de la deuda en cuanto a su composición en moneda extranjera, para reducir la exposición al riesgo cambiario.
El monto de la deuda a septiembre de 2020 era de US$ 43,091 millones, equivalente a un 54.7 % del PIB y a abril del 2021 era de US$ 47,396 millones para un 56.72 % del PIB. En cuanto a su composición, la deuda externa a septiembre de 2020 era de US$ 29,630 millones, para un 68.8 % y la interna de US$ 13,460, para un 31.2 %; mientras que, a abril de 2021 era de US$33,129 millones, representando un 69.8 % y la interna de US$ 14,317, equivalente a un 30.2 %.
La deuda con los organismos multilaterales, a septiembre de 2020 era de US$ 5,762 millones, equivalente a un 13.37. % y a abril del 2021 pasó a US$ 6,545 millones, para una participación de un 13.79 % del total de la deuda; evidenciando un crecimiento de 0.42 puntos porcentuales (PP).
La deuda bilateral a septiembre de 2020 se situó en US$ 1,703 millones, equivalente a un 3.69 %; mientras que, a abril de 2021 se elevó a US$ 1,864; representando un 3.92 %, testimoniando una elevación de 0.23 PP.
En cuanto a la deuda con los acreedores privados, a septiembre de 2020 era de US$ 22,164 millones, equivalente a un 51.43 % del total de la deuda; mientras que, a marzo de 2021 era de US$ 24,719 millones; equivalente a un 52.10 % del total, indicativo de un aumento de 0.67 PP.
Respecto a la deuda interna, a septiembre era de US$ 13,460 millones, equivalente a un 31.23 % del total de la deuda; en cambio, para marzo de 2021 era de US$ 14,250 millones, para un 30.06 %; representativo de una disminución del orden de 1.17 PP.
La deuda a septiembre era de US$ 29,630 millones y en pesos (convertidos a dólares) de US$ 13,460 millones, equivalente a un 68.8 % y a un 31.2 %, respectivamente; mientras que a abril de 2021 era de US$ 33,129 millones y en pesos (convertido a dólares) de US$ 14,317, para un 69.8 % y un 30.1 %, respectivamente; indicativo de un aumento de 1.0 PP en la de dólares y una disminución de 1.1 la de pesos.
Como puede apreciarse, el perfil de la deuda desde la perspectiva del acreedor no ha variado en forma importante, ganando espacio cada una de las fuentes de financiamiento. La variación a favor de la denominada en dólares versus la de pesos, una señal que puede favorecer a la elevación del riesgo cambiario.
La deuda por tipo de interés se movió en la siguiente dirección, la participación de la tasa de interés fija al 30 de septiembre era de un 88.19 %, respecto al total y al 31 de marzo de 2021 de un 87.6 %; en cambio, la variable pasó de un 11.74 % a un 12.34 % y la tasa cero de un 0.059 % a un 0.051 %, también para igual periodo.
Durante los ocho meses transcurridos entre septiembre de 2020 y marzo de 2021, la participación de la tasa de interés variable ganó 0.60 PP y la fija perdió 0.50 PP; mientras que, la tasa cero perdió 0.008 PP. La tasa de interés variable podría no favorecer, por aquello del riesgo cambiario y también por el tema del mediano y largo plazo.
La tasa de interés promedio ponderado de la deuda a septiembre de 2021 era de un 6.9 %, siendo la de la deuda externa un 5.4 % y la interna un 10.0; en cambio, a marzo era de un 6.6 %, la externa de un 5.2 % y la interna permaneció invariable; aunque datos preliminares más recientes apuntan a una reducción, conforme a declaraciones oficiales que la ubican entre un 8.0 % y un 8.7 %.
La deuda dominicana al 30 de septiembre de 2020 básicamente era de largo plazo, al situarse en un 94.1 % (6 a +12 años), la de mediano plazo (1 a 5 años) en un 5.2 % y la de corto plazo en un 0.57 %. En cambio, a marzo de 2021 la de corto plazo es de 0.0 %, la de mediano plazo de 4.9 % y la de largo plazo se afianzó al situarse en un 95.1 %.
El perfil de la deuda del país se ha inclinado más hacia el largo plazo, al ganar un 1.0 PP, a mediano se redujo en 0.3 PP y en el corto plazo no hay compromiso de deuda, por lo que, el vencimiento de la deuda es de mediano y largo plazo en un 100.0 %; lo que reduce la presión a las finanzas públicas.
La calificación de riesgo-país en moneda extranjera a septiembre de 2020 era de BB- “estable” y a junio de 2021 paso a BB- “negativa”, mostrando una nota de deterioro en la calificación crediticia; lo que sirve de advertencia, al tiempo de que muestra el desafío de continuar propiciando cambio en el perfil de la deuda.
La gestión de la deuda transita por una mejoría en términos de menores tasas de interés y plazos más largos; sin embargo, por tipo de acreedor no se evidencia un cambio que favorezca un endeudamiento a costos menores ni tampoco refleja cambios por tipo de moneda, al crecer la de moneda extranjera respecto al peso.
El avance parcial es señal de cambio en el perfil de la deuda y se alinea a lo consignado en el presupuesto de 2021, así como a los anuncios del Ministerio de Hacienda. De lograr mayor progreso en el cambio de las fuentes de financiamiento, en moneda local en el tipo de tasa, el país podría posicionar un nuevo perfil de la deuda menos oneroso para las finanzas públicas.