“Si las elecciones fueran hoy, el PRM (Partido Revolucionario Moderno) ganaría con un porcentaje muy similar a los que tuvo en las elecciones de julio del 2020”, así lo aseguró el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ignacio Paliza, cuando en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio en julio de este año le preguntaron sobre cómo quedaría el partido oficialista si se desarrollaría hoy una contienda electoral presidencial.
Sin embargo, para algunos expertos, ahora con la salida del tren gubernamental de Lisandro Macarrulla y Roberto Fulcar, dos de las principales figuras de la pasada campaña electoral de Luis Abinader, el panorama cambia; aunque otros consideran que sin esas dos figuras claves el primer mandatario tiene tiempo para hacer reestructuraciones a lo interno de su partido.
«Este es un tema de reputación; de activos reputacionales. El gran reto del gobierno del presidente Abinader, y de él como la cabeza de esa adminstración, es resguardar lo mejor que pueda los activos reputacionales de sus funcionarios, porque eso va a ser la base fundamental para que él pueda colocarse en una buena posición para una posible reelección», aseguró el politólogo y estratega de comunicación y asuntos públicos, José Gregorio Cabrera.
En ese sentido, el experto entiende que la salida por licencia de Macarrulla del ministerio de la Presidencia y el cambio del Ministerio de Educación a ministro sin cartera de Fulcar, representa un impacto importante en términos reeleccionistas. Esto, porque el primero dirigió el Gabinete Empresarial de Abinader y todo el sector externo, siendo uno de los principales propulsores del éxito electoral del Presidente, y en el caso de Fulcar, otro hombre de confianza del jefe de Estado, figuró desde el 2014 como jefe de campaña del PRM.
Además, en ambos casos, considera Gregorio Cabrera, la salida se da en un contexto de cuestionamientos: Macarrulla, mencionado en el caso Medusa que sigue la Procuraduría General de la República, y Fulcar, por las licitaciones de libros electrónicos, aunque esa no fue la razón principal del cambio de puesto.
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Sin embargo, para Rosario Espinal, politóloga, el hecho de que Macarrulla y Fulcar no estén al lado del Presidente, no es significativo para la estructura reeleccionista de Abinader.
«Abinader tiene tiempo ahora de reestructurar su equipo de campaña. Yo no creo que para fines de la campaña tenga efecto, porque tiene mucho tiempo para reemplazar esa gente. Yo lo que veo es que quizás el problema que eso tiene es que a sólo dos años de un gobierno nuevo, que esa gente tenía tanto tiempo fuera del poder, tener a dos años que prescindir del ministro de la Presidencia y del ministro de Educación para poner otros que van a comenzar a aprender ahora, sí le crea un vacío digamos de gestión. Pero el Presidente ha apostado a que cancelar gente que hay sectores pidiendo eso, le trae beneficios, le trae aprobación, y él está viendo el impacto de la aprobación; pero cuando uno lo ve desde el punto de vista de la gestión, eso es gente (que va) a aprender ahora», detalló Espinal.
La politóloga aseguró además que las decisiones que ha tomado Abinader en destituir funcionarios cuestionados quizás sea porque vea un apoyo en la población y a su figura como jefe de Estado, pero «siempre van a seguir saliendo los escándalos de corrupción«.