#SinFiltros: Tu estilo de comunicación transforma todo

#SinFiltros: Tu estilo de comunicación transforma todo

Dayanara Reyes Pujols

La comunicación es una herramienta poderosa que define cómo nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos. Existen tres estilos principales de comunicación: pasivo, asertivo y agresivo. Aunque el estilo asertivo suele ser el ideal, cada uno tiene su lugar dependiendo del escenario, el momento y las personas involucradas.

El estilo pasivo se caracteriza por la falta de expresión de necesidades, emociones y opiniones. Las personas con este estilo suelen evitar el conflicto y prefieren ceder, incluso cuando esto va en contra de sus propios intereses.

Prefieren evitar enfrentamientos directos y puede ser útil en situaciones donde el conflicto puede escalar rápidamente. Puede llevar a resentimientos acumulados, baja autoestima y dificultad para establecer límites.

LEA: #SinFiltros: ¿Tu reputación está en peligro? El caso Milagros Germán y el branding personal

Un ejemplo común de este estilo lo observé en una cliente que me preguntó: «¿Por qué crees que la gente se está alejando de mí?». Al escuchar su historia, era evidente que su estrategia comunicativa consistía en presentarse como víctima, siempre resaltando lo negativo de su vida. Esto había generado un patrón que afectaba sus relaciones y su bienestar integral. Es importante reflexionar sobre cómo los mensajes que damos, incluso de manera inconsciente, moldean nuestras conexiones.

El estilo agresivo es el opuesto al pasivo. Se caracteriza por la imposición de las propias ideas, emociones y necesidades, a menudo a costa de los demás. Las personas agresivas tienden a dominar las conversaciones, utilizan tonos despectivos y pueden generar miedo o incomodidad.

Puede ser eficaz en situaciones donde se requiere autoridad o tomar decisiones rápidas. Genera conflictos, resentimientos y distanciamiento en las relaciones personales y profesionales. Aunque este estilo puede parecer funcional en entornos competitivos, puede dañar la percepción de la marca personal y la conexión genuina con los demás.

El estilo asertivo es un punto medio entre el pasivo y el agresivo. Implica expresar ideas, sentimientos y necesidades de manera clara, respetuosa y equilibrada. Las personas asertivas son capaces de defender sus derechos sin violar los derechos de los demás.

Fomenta relaciones saludables, evita malentendidos y genera confianza. Puede ser percibido como una postura rígida en situaciones donde la flexibilidad es crucial.

El estilo asertivo es el ideal para muchas interacciones; aunque no siempre es la única opción. Por ejemplo, en momentos de alta tensión o con personas altamente sensibles, un enfoque más pasivo puede ser necesario para evitar confrontaciones.

Aunque el estilo asertivo es elogiado por su equilibrio, es esencial reconocer que no todos los escenarios lo demandan. Cada interacción presenta desafíos únicos y requiere un nivel de flexibilidad para responder adecuadamente.

Lo mismo ocurre con los silencios. En el mundo de la comunicación, especialmente para quienes realizamos maestrías de ceremonias, se nos entrena para evitar “baches” o espacios vacíos en el discurso.

Los silencios son herramientas poderosas. Pueden transmitir reflexión, generar impacto y ofrecer un espacio para que los demás procesen lo que se ha dicho. En algunos contextos, un silencio adecuado puede decir más que mil palabras.

El impacto de los estilos de comunicación en nuestras vidas

La forma en que nos comunicamos influye en cómo nos relacionamos con los demás y cómo nos percibimos a nosotros mismos. Cada mensaje que damos refuerza una narrativa interna. Si constantemente utilizamos un estilo pasivo, estamos diciéndonos que nuestras opiniones no son importantes. Si adoptamos un estilo agresivo, reforzamos la creencia de que la imposición es la única forma de ser escuchados.

Reflexionar sobre nuestro estilo de comunicación nos da la oportunidad de ajustar nuestras interacciones, mejorar nuestras relaciones y construir una marca personal sólida. Un año que comienza, lleno de posibilidades, es un momento perfecto para analizar:

  • ¿Cómo nos perciben los demás?
  • ¿Qué conversaciones tenemos con nosotros mismos?
  • ¿Qué queremos transmitir con nuestras palabras y silencios?

Construyendo nuestra marca personal a través de la comunicación

Nuestra marca personal se construye con acciones, con palabras y silencios. Una comunicación efectiva nos posiciona ante los demás de manera clara y auténtica, mientras que un estilo inadecuado puede llevar al distanciamiento y la desconexión.

Aprovechemos este nuevo año para reflexionar y mejorar nuestros estilos de comunicación. Identifiquemos qué nos está frenando y hagamos los ajustes necesarios. Al hacerlo, mejoraremos nuestras relaciones, nuestra percepción de nosotros mismos y el impacto que dejamos en el mundo.

¡El cambio empieza hoy!

Más leídas