No es posible que tantas personas se dejen quitar lo que les pertenece por no entender cuál es su posición en el Señor y lo que deben hacer. Por eso, solamente los valientes arrebatan sus bendiciones, no conformándose con lo que tienen, sino luchando por lo que les pertenece.
Tenemos que levantarnos y empezar a reclamar lo que por herencia nos corresponde, ya que somos herederos en Cristo Jesús. Llegó el tiempo de tomar nuestra posición y no cederla, porque para eso fuimos llamados a actuar por la fuerza. Miremos en el espíritu lo que nos pertenece y decidámonos a actuar para poseer nuestra herencia, no dejándolo para mañana sino hoy; porque esta nos pertenece por derecho legal. Y lo que no se reclama se pierde.
El Cielo está cargado de todas nuestras bendiciones, las cuales estaban en el olvido. No nos atrevíamos a reclamarlas, muchas veces por la falta de conocimiento. Así que tomemos la espada que es la Palabra y declarémosla sobre vida, familia, hijos. Los resultados nos sorprenderán.
A ti te daré la tierra de Canaán como la herencia que te corresponde. 1 Crónicas 16:18