Por: Carlos Juan Musa Hazim
Soy un ciudadano dominicano que nunca ha pertenecido a ningún partido político y siempre he visto las cosas diferentes, desde todo punto de vista.

Después de la Segunda Guerra Mundial, solo había un país capitalista que dirigía el mundo.
Hoy en día, hay tres países capitalistas que se están peleando la economía del mundo, para ver quién se queda con la mayor tajada y quién es “el papaupa de la matica”.

A ellos les importa un bledo los miles de millones de personas que viven en este globo terráqueo, porque nunca les ha interesado el bienestar de nadie. Solo piensan en “ellos y solo ellos”.

En los últimos años se inventaron un virus que, quiero que sepan, yo, como profesional de la salud, he buscado en toda la literatura médica, mía personal y la que tengo de herencia de más de 100 años de mi padre, y no he encontrado ninguna bacteria, bacilos o enfermedad que haya abarcado tan ampliamente al mundo entero, sin excepción, y mucho menos que haya matado tantas personas.

Los virus, como entes infecciosos, han sido conocidos en las últimas décadas, ya que anteriormente solo eran mencionados en los textos de medicina.

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A pesar de que este es un país eminentemente pobre, se gastaron muchos millones de dólares en las compras de vacunas, habiendo desalojado los renglones de salud y educación para invertir ese dinero en vacunas.

Como es lógico, los más favorecidos económicamente fueron los grandes laboratorios y empresas farmacéuticas del mundo.

No han exterminado aún ese virus, cuando ya, en febrero del 2022, se inventan una guerra, por una insignificancia, de que un país capitalista se opone a que otro país ingrese a un organismo internacional.
Esto lo que ha logrado es hundir más la economía de la clase media y baja del mundo.

Señores, para qué está la diplomacia y todo lo que se invierte en ella? No es para mediar y evitar confrontaciones?

No, era mejor realizar esa confrontación armada para ganar otro “dinerito” en las fábricas de armas y acabar con lo poco que quedó después de la pandemia. Qué les importa a ellos!

Repito: Solo piensan en “ellos y solo ellos”.