Emme Muñiz, hija de Jennifer López y Marc Anthony, hizo su debut mundial como cantante en el Super Bowl, al liderar un coro de niños vestidos de blanco, mientras Shakira le tocaba la batería y su madre la acompañaba con una capa que inicialmente parecía ser de la bandera estadounidense y terminó convirtiéndose en la de Puerto Rico, de donde son los cuatro abuelos de la niña.
El espectáculo de 12 minutos fue exactamente lo que ambas artistas habían prometido, una celebración de la cultura latina y un mensaje de unidad y de esperanza a la infancia, en especial a los niños de las minorías étnicas y demográficas en Estados Unidos, que esta semana arranca un polarizado proceso electoral para escoger al próximo presidente el próximo 3 de noviembre.
Jennifer López y Shakira presumieron de orgullo latino en un trepidante espectáculo en el entretiempo del principal evento deportivo de Estados Unidos, un Super Bowl más hispano que nunca con la participación especial de las estrellas de la música urbana J Balvin y Bad Bunny.
Aunque los anuncios comerciales suelen ser la parte más comentada del Super Bowl, incluso por encima del resultado deportivo, en las redes sociales las líderes de las tendencias fueron las estrellas del medio tiempo.
El comienzo del show. El show lo comenzó Shakira, quien vestida de rojo se paseó por algunos de sus principales éxitos. La cantautora colombiana compartió el escenario con el artista urbano Bad Bunny.
Tocó la guitarra y bailó su ya conocida danza del vientre y,insertó algunos segmentos en español, la mayoría de su espectáculo fue en inglés. Jennifer López, por su parte, hizo una versión actualizada de su show de los últimos años, con la adición de un tubo de “striptease”, que manejó a su antojo demostrando que ha mantenido elal que se sometió para su película “Hustlers».
Su invitado fue el reguetonero J Balvin, quien cantó un segmento de su éxito “Mi gente». Así, Shakira cantó con un puertorriqueño y López con un colombiano. Un mensaje más de unión y compenetración entre los latinos. Bailaron y cantaron salsa, cumbia, merengue y reguetón.
El final. Las dos artistas latinas terminaron cantando juntas “Waka Waka”, la canción oficial del Mundial de Sudáfrica de 2010, enfundadas ambas en sexys bodies metálicos, melenas rizadas y al viento, y se despidieron con un sonoro “Gracias” y “Thank You”, en otra muestra de la cada vez mayor presencia de la comunidad latina en EE.UU.