Cuando los ejecutivos de los Knicks de Nueva York decidieron adquirir al dominicano Karl-Anthony Towns, procedente de Minnesota Timberwolves, lo hicieron sustentándose en la teoría que era la pieza clave que necesitaba la franquicia para dar a la fanaticada su tercer título de campeonato, el cual no logran desde 1973.
Además de sus 51 años sin poder saborea el néctar de una corona, también atraviesan por una sequía de 25 años sin poder ganar el cetro de la Conferencia Este (1999) y 12 de su división (2013).
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La realidad es que la adquisición del pívot dominicano ha comenzado a dar sus frutos pese al equipo de “La Gran Manzana” tener que salir de Julius Randle, quien en los últimos años fuera uno de sus principales jugadores.
Elegido en la primera posición del Draft de la NBA de 2015 por los Minnesota Timberwolves, convirtiéndose en el primer jugador latino en ser elegido en dicha posición, y electo Novato del Año en el 2016, está teniendo una estación superba con registro de 26.1 puntos por juego, 12.5 rebotes y 3.1 asistencias.
Además de exhibir un porcentaje 53.6 en tiros de campos y un 45.6 en lances desde atrás de la línea de tres puntos.
Recientemente el pívot tuvo una sobresaliente actuación al sumar 46 puntos y 10 rebotes en la derrota de los Knicks 124-123 ante Chicago Bulls.