Tarea de Jesús, tarea nuestra

Tarea de Jesús, tarea nuestra

Manuel Maza, S.J.

¿Qué podemos aportar los creyentes a nuestra sociedad? El Salmo 39, proclamado en la eucaristía de hoy, nos encamina: “Tú no quieres sacrificios ni ofrendas y, en cambio, me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: –Aquí estoy–… –Para hacer tu voluntad. — Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas”. Jesús no ofreció cosas, ofreció su persona. La nueva sociedad dominicana que anhelamos, no se construirá con sobras, ni limosnitas, sino sobre personas renovadas y renovadoras.

El aporte que vayamos a hacer los creyentes a nuestra sociedad ha de nacer desde las profundidades de nuestra dimensión personal. Pero, con sinceridad hemos de reconocer, que nuestra dimensión personal está encadenada por dinamismos egoístas excluyentes y destructores. Esa maldad consentida, que no nos deja llevar a cabo el bien que quisiéramos realizar, se llama pecado. Los cristianos anunciamos esta Buena Noticia a la sociedad: apoyándonos en Jesús, podemos vencer el pecado, él es “el cordero que quita el pecado del mundo” (Juan 1, 29 – 34). La corrupción disimulada y astutamente administrada no generará bienestar.

Juan presenta así la tarea de Jesús: vino para crear desde adentro una humanidad nueva y eso no se logra ni con dinero, ni con falaces estrategias clientelistas. Solo se logra derrotando la maldad que atenaza los centros de decisión de los seres humanos. Todos necesitamos ser sumergidos en la generosidad de Dios, en su “gracia y su paz” (1ª Corintios 1, 1-3); necesitamos ser sumergirlos en la experiencia del Espíritu Santo.

La tarea de los creyentes es la misma tarea de Jesús: preguntarnos qué quiere Dios de nosotros, comprometernos personalmente en esa dirección, con la fuerza de su gracia, vencer el mal y sus dinamismos sociales y trabajar por crear oportunidades para todos los ciudadanos.

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