En economía existe un concepto denominado trinidad imposible o “trilema” el cual indica para un país es imposible mantener simultáneamente un tipo de cambio fijo, el libre movimiento de capital y una política monetaria independiente. En la situación actual el BC tiene otro “trilema”, porque con los instrumentos de política monetaria no puede pretender mantener estímulos para el crecimiento y simultáneamente lograr estabilidad del tipo de cambio y tasas de interés en línea con la tasa de política monetaria (TPM).
Al cierre de abril de este año la devaluación anualizada (abril 2024 vs abril 2023) alcanzó el 7.74%, más del doble de la devaluación promedio en los últimos años, todo ello a pesar de que el BC en lo que va de año ha inyectado al mercado cambiario US$980 millones, lo cual ha impactado en una reducción de las Reservas Internacionales Netas de US$15,457 millones en diciembre 2023 a US$13,787.8 millones en abril.
Puede leer: Se estrecha el cerco contra la RD
A partir de la tercera semana de abril hasta el 7 de mayo la tasa de cambio spot se ha apreciado alrededor de 100 puntos básicos (al 7 de septiembre la de compra era 58.44), obviamente esa tasa es para los clientes corporativos pues la compra por ventanillas y para pago de tarjetas de crédito en dólares oscila entre 58.90 y 59.05×1.
¿Cómo ha logrado el BC el milagro de apreciar el tipo de cambio tras una devaluación extraordinaria?
Muy simple, constriñendo la liquidez del sistema financiero, a tal punto que al 30 de abril estaba en un mínimo histórico de RD$18,273 millones, lo cual obligó al BC a intervenir comprando US$120 millones para inyectar liquidez y suavizar la apreciación del peso.
La tasa activa promedio ponderada ha aumentado 200 puntos básicos de 12.41% en junio de 2023 al cierre de abril, la realidad es que la tasa marginal se mueve alrededor del 16% y en el caso de la tasa promedio ponderada de los certificados de depósitos aunque a fines de abril cerró en 9.48%, lo cierto es que hay bancos pagando 13% por certificados a plazo en pesos y 4% en los certificados en dólares.
Estoy de acuerdo con el distinguido economista Rolando Reyes en el sentido de que el estrecho margen entre la tasa de política de la Reserva Federal de los EEUU ( 5.25- 5,50%) y la TPM de RD en 7.0%, de 150 puntos básicos, con el Bono del Tesoro de EEUU a 10 años en 4.60%, estimula al inversionista externo en cartera a demandar un mayor rendimiento o simplemente opta por trasladar su inversión y presiona el tipo de cambio, mientras el ahorrante local aspira también a una mayor tasa de interés.
La mala noticia es que la Reserva Federal, luego de su reunión de la semana pasada, anunció que por el momento no habría reducciones en su tasa por el aumento de la inflacion en marzo, lo cual imposibilita al BC a reducir su TPM.
El BC en esta situación ha optado por defender el tipo de cambio a expensas de la tasa de interés, obviamente porque la primera impacta más en la inflación aunque la segunda reduce la demanda agregada y provoca ralentización de la economía.
Después de las elecciones con el inevitable ajuste presupuestario y la eventual reforma fiscal, el BC podría disponer de mayor grado de libertad, con una política monetaria neutral, para preservar la estabilidad y el crecimiento.