Más de cien familias del barril Ribera del Ozama, en Santo Domingo Este, temen quedar aplastadas debajo del puente Francisco del Rosario Sánchez (De la 17) debido al progresivo deterioro de la estructura del viaducto de 51 años, abierta al tránsito en 1974. Quienes habitan en viviendas debajo del Puente muestran pedazos metales, grandes tornillos y concretos que caen con frecuencias sobre sus techos, por lo que algunos optan por colocar lonas encima como capas de protección.
Brígido Brito, presidente de la junta de vecinos La Hermandad, señala que todos los empalmes donde están las juntas están podridas, y cuando se producen tapones o cruzan vehículos pesados por el puente se mueven y bajan.
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Alerta además, porque con frecuencias caen pedazos de metales podridos y sedimentos de óxidos, por lo que temen que en cualquier momento colapse la estructura con consecuencias impredecibles para quienes transitan por arriba y también para quienes habitan debajo. Indica que por los huecos de desagües ahora lo que salen son pedazos de rocas, piedras, arenas y otros materiales.
Deplora que las autoridades solamente se hayan dedicado a reparar la parte superior del puente, cuando el verdadero deterioro está en la parte inferior.
Advierte al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) que no pueden trabajar en la reparación del puente mientras no trasladen a las familias que viven en el lugar.
Define el deterioro de las vigas metálicas como excesivo, lo que llena de pánico a los moradores que viven debajo, que no quieren sorpresas como la ocurrida en la discoteca J et Set con más de 200 muertos.
Carlos Manuel Morillo, revela que a principios de este año el Ministerio de Obras Públicas anunció los trabajos de reparación, pero se vio precisado a detenerlos porque en el proceso se soltaron planchuelas que no produjeron una catástrofe porque cayeron fuera de las viviendas.
Informó que a partir de ese momento ordenaron un censo para el traslado de 105 familias a un lugar seguro. Estas se mantienen a la espera, mientras siguen cayendo metales y pedazos de concreto desde las alturas. Al deterioro contribuye el escape constante de agua potable de una tubería de gran diámetro de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) soportada por el puente.
Oscar Francisco, solicitó al presidente Luis Abinader para que disponga intervenir oportunamente y el traslado de quienes habitan debajo del puente.