En comentarios anteriores destaqué el papel del miedo en la participación de la clase media en los conflictos económicos, políticos y sociales de nuestro país.
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Hoy he decidido resaltar el hecho incuestionable de que fue un triunfo de la clase media la suspensión o interrupción del propósito gubernamental de cargarla con una reforma fiscal altamente cuestionable y sobre todo el papel que ella desempeñó con el apoyo de los medios de comunicación y redes sociales, cuando se convirtió en exitoso equilibrio entre el poder político y los denominados poderes fácticos. Pero eso no debe ser lo único y último que haga la clase media ya que su papel inmediato debería ser unir fuerzas con la clase baja, la de los desposeídos, y detener con más fuerza los demonios aberrantes de corruptos funcionarios, empresarios, politicastros y poderosos perversos tradicionales.
En resumen, trabajar en el medio como poderosa clase para dejar de ser alimento por excelencia de los voraces ambiciosos y corruptos que no les importa el presente ni el futuro de nuestra nación.