En 1912 fue derrocada la dinastía Qing, que gobernaba desde 1644, y fue establecida la República de China, iniciándose un período de inestabilidad, con una fiera lucha entre los militares del antiguo régimen por controlar el poder.
En 1928 el general Chang Kai-shek estableció un gobierno militar en la ciudad de Nanjing, capital de la provincia norteña de Jiangsu, mientras que los comunistas se establecieron en el cantón de Guangzhou, en el sur. La guerra civil estaba a punto de empezar.
Desde antes de la caída de la dinastía Qing los chinos andaban por el mundo buscando paz y bienestar, pero cuando estallaron los conflictos bélicos internos esa migración comenzó a desenfrenarse.
En los años 20 ya los informes oficiales daban cuenta del tráfico de chinos por la frontera. Pocos ciudadanos chinos se establecieron en Haití, debido a que una ley del 1902 –creada contra los árabes- prohibía que los extranjeros se dedicaran al comercio en territorio haitiano.
La navegación históricamente siempre fue muy activa en Haití, por el fervor comercial que tuvieron las radas de Cabo Haitiano y Puerto Príncipe, donde llegaban barcos de todas partes del mundo principalmente de Europa. Para la época, muchas de las mercancías extranjeras que se vendían en República Dominicana provenían del otro lado de la frontera.
Y por esa frontera también pasaban ciudadanos de diversos países que buscaban la tierra prometida. Desde el siglo pasado los gobiernos dominicanos estimulaban la migración ofreciendo tierras y facilidades a los extranjeros que desearan establecerse con sus familias en el país.
Sin embargo, parece ser que los chinos no estaban incluidos en esas facilidades y por eso inmigraban ilegalmente por la frontera, luego de desembarcar en los puertos haitianos.
Eso es lo que se desprende de un oficio que he localizado en el Archivo General de la Nación, que data del 14 de octubre de 1928, marcado con el número 30659, y que dice así:
Del: Secretario de la Presidencia
Al : Señor Secretario de Estado de Agricultura e Inmigración
Asunto: Introducción clandestina de chinos por la frontera
Me es grato recordar a Vd., que en el Consejo de Gobierno celebrado el día 12 del mes en curso, quedó acordado que Vd. sometiera al señor Secretario de Relaciones Exteriores la cuestión de los chinos que se introdujeron clandestinamente por la frontera, y cuya deportación fue sentenciada, con el fin de que aquella Secretaría de Estado trate la cuestión con el ministro haitiano en esta capital.
Muy atentamente
Luis Ginebra
Secretario de Estado de la Presidencia