El hombre más rico del mundo, Elon Musk, despidió este viernes a miles de trabajadores de la plantilla que Twitter tiene en Estados Unidos, Europa y Asia a tan solo una semana de comprar la aplicación, y aunque dijo que su objetivo final es que esta plataforma “ayude a la humanidad”, aún no ha anunciado cómo lo conseguirá y cuál será su estrategia de negocio.
En los últimos días el también director ejecutivo de Tesla y fundador de SpaceX ha usado la propia red social para delinear algunas posibles ideas, como una suscripción “prémium” por 8 dólares o el resurgimiento del servicio de videos Vine.
LAS NUEVAS REGLAS
“Ahora hay incertidumbre sobre cuál será su misión de Twitter y qué modelo de negocio tendrá”, apunta a EFE el profesor de Tecnología, Operaciones y Estadística de la Universidad de Nueva York, Vasant Dhar.
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Musk anunció el día de la compra -que se concretó 24 horas antes de que expirara el plazo que le había dado una jueza para abrir un proceso si no se formalizaba la transición por 44.000 millones de dólares- que la razón por la que adquiría Twitter era garantizar por “el futuro de la civilización” que exista “una plaza pública digital común, donde se pueda debatir una amplia gama de creencias de manera saludable, sin recurrir a la violencia”.
Además, dijo que Twitter “no puede convertirse en un infierno gratis para todos, donde puede decirse cualquier cosa sin consecuencias”, sino que debe “respetar las leyes».
“Necesitamos definir las reglas de cómo funciona esta plaza pública”, indica Dhar, quien cree que Musk tiene la posibilidad de hacer que la aplicación sea más transparente en lo referente a sus reglas de contenido.
¿EL FIN DE LA RED?
Dhar indica que hace un tiempo le habría resultado difícil imaginar que un “gigante de internet” como Twitter pudiera desaparecer, pero ahora no ve descabellado que la red social lo haga “en cinco años».
Según Dhar, la clave del éxito de una red social está en el “efecto que proyecta como comunidad de usuarios- “Estas plataformas están basadas en su comunidad. Estoy en Facebook porque estás ahí. Voy a buscar en Google porque todos dijeron que usan esa herramienta. Hago publicidad en Google porque todo el mundo busca en Google”, ejemplifica.
En los últimos años hemos visto cómo aplicaciones como MySpace, Snapchat o Facebook han perdido popularidad y otras, como Vine, han desaparecido, prosigue.
“Es posible que la gente simplemente se canse de Musk o que surja una plataforma alternativa que sea más limpia, en la que las reglas estén bien definidas”, anota el experto.
Después de que Musk asumiera la propiedad de Twitter, personalidades como la productora de “Grey’s Anatomy” (Anatomía de Grey) Shonda Rhimes, la cantante Sara Bareilles, la actriz Tea Leoni y la cantante Toni Braxton abandonaron la aplicación. No obstante, aún no se ha visto un gran boicot en la red.
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Más daño le harán, desde el punto de vista financiero, el anuncio de los gigantes automotores Volkswagen y General Motors de que dejan de anunciarse en la plataforma, esta última a la espera de ver “la dirección” que toma la red social.
Además, otras dos grandes empresas publicitarias recomendaron a sus clientes que suspendieran temporalmente su publicidad en Twitter por las preocupaciones sobre la capacidad de la empresa para monitorear su contenido, según The Wall Street Journal.
Los anuncios representan casi el 90 % de los ingresos totales de Twitter.
CUENTAS “PRÉMIUM” Y MÁS VIDEO
Musk dijo en Twitter que planea crear una “suscripción prémium” a Twitter por 8 dólares que dará algunos beneficios, como menor publicidad, la opción de postear videos más largos y obtener una marca de verificación al lado del nombre (opción hasta ahora solo disponible para las figuras públicas).
Los videos parecen ser otro de los pilares del plan de Musk, siguiendo así con la tendencia de Instagram de priorizar este formato debido a la popularidad de TikTok.
El 30 de octubre el magnate preguntó a sus más de 113 millones de seguidores si debería restaurar Vine -plataforma de videos cortos que compró Twitter en 2012 y cerró en 2016-, y obtuvo el apoyo de un 69,6 % de votantes.
Según The Washington Post, que tuvo acceso a correos internos de la empresa, Twitter está trabajando en una función que permitiría publicar videos y cobrar a los usuarios por verlos.