“Dominican Yorks at the Hispanic Society”, precisa su registro no solo por la excelencia estética y la depuración conceptual que sostienen las obras de los tres expositores o por la altura con que sitúa el arte dominicano contemporáneo en el exigente circuito cultural y artístico neoyorkino, sino también porque constituye una prueba elocuente de la renovada visión institucional que proyecta la HSM&L desde su reapertura en mayo de 2023…
La alta cotización de las obras de Iván Tovar (1942-2020), Ramón Oviedo (1924-2015), Vicente Pimentel (1947-2023), José García Cordero, Firelei Báez, Bony Ramírez y Hulda Guzmán, ¿precisaría un hecho definitivo o el crónico desasosiego de una “mayor visibilización” del arte contemporáneo dominicano a nivel global? Se tensa más la interrogante ante la irrebatible legitimidad del respeto obtenido por las obras de contemporáneos clave como Tony Capellán (1955-2017), Jorge Pineda (1962-2023), Bismarck Victoria, Marcos Lora Read, Elia Alba, Julio Valdez, Limber Vilorio, Scherezade García, Chiqui Mendoza, Reynaldo García Pantaleón y Rider Ureña, en rigurosas y acreditadas plataformas de resonancia para el arte contemporáneo de Europa, Estados Unidos y América Latina.
Una de estas plataformas lo es sin duda The Hispanic Society Museum & Library, uno de los complejos culturales, artísticos y educativos de mayor relevancia en la ciudad de Nueva York, así como la principal institución dedicada a la preservación, el estudio y la difusión del arte y la cultura de los países y comunidades de habla hispana y portuguesa en los Estados Unidos.
Precisamente, la Hispanic Society presenta en su Sala de Proyectos y hasta el 30 de junio del año en curso, la importante exposición colectiva “Dominican Yorks at the Hispanic Society”, conformada por nueve obras de tres reconocidos artistas dominicanos basados en la ciudad de Nueva York desde hace más de dos décadas: Chiqui Mendoza (1965), Reynaldo García Pantaleón (1967) y Rider Ureña (1972).
Localizada en Washington Heights, en el Alto Manhattan, la HSM&L forma parte del histórico distrito cultural de Audubon Terrace (3741 Broadway, entre 155 y 156), lindando con Harlem, Inwood y El Bronx. Su exclusión de la lista de los turoperadores turísticos de la Gran Manzana le mete bastante presión, debido a la fuerte competencia entre los grandes y poderosos museos del Down Town como el Metropolitan, el MoMA, el Guggenheim y el Whitney, sin embargo, la HSM&L resiste el centro de la comunidad cultural más amplia y diversa de Nueva York.
Washington Heights concentra la mayoría de los dominicanos de Nueva York, así que se impone el registro de la exposición de Chiqui Mendoza, Reynaldo García y Rider Ureña en la HSM&L, como prueba cristalina de la visión renovadora y la estrategia programática inclusiva que viene desarrollando el historiador y curador Guillaume Kientz, director general de esta prestigiosa institución desde el 2020.
Priorizando su atención a las necesidades y expectativas del público vinculado a la institución, Kientz también está motivando a los artistas residentes en las diversas comunidades del Alto Manhattan a que desarrollen procesos dialógico-creativos a partir de las más de 18.000 obras, entre pintura, dibujo, escultura y artes decorativas, que conforman la formidable colección de la Hispanic Society.
Resultado de tan especial invitación, es el resistente y espléndido cuerpo de obras que muestran los expositores de “Dominican Yorks at the Hispanic Society”. En su pintura “Mi Nacimiento”, RGP reapropia y reformula con asombrosa densidad lúdica y reflexiva la pintura “Mis Funerales», joya fascinante de la colección de la HSM&L, ejecutada en 1910 por el genial pintor catalán Miquel Viladrich Vilá (1887-1956).
He aquí una abrasadora poiesis pictórica de la muerte replanteada como inefable renacimiento.
Rider Ureña, en dos pinturas abstractas de lúcida y sugestiva profusión imagética, explora y exprime el paradigmático “Retrato de la Duquesa de Alba vestida de negro”, otra joya de la colección de pintura española de la HSM&L, ejecutado en el año 1797 por Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828). Por su parte, Chiqui Mendoza, en “El Martirio de San Sebastián” y “San Miguel Arcángel/Belié Belcán”, trabajos pictóricos en técnica mixta sobre madera, ametralla los delusorios remanentes del coloniaje en el Caribe e invoca las pulsiones vitales del ancestro…