El Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional condena a 30 años de prisión a Willy Antonio Javier, ex pareja de Yocairi Amarante, e igual cantidad para los acusados Pedro Alexander Sosa Méndez (Alex) y Joan José Féliz (Pinol), acusados de lanzar ácido del diablo.
En conjunto, los implicados en el hecho deberán cumplir 90 años de prisión, por la comisión del delito que destruyó parte el rostro de la joven, perdiendo incluso un ojo y parte de la visión del otro, y causó quemaduras en otras partes de su cuerpo.
En tribunal dispuso que Willy Antonio Javier, junto a los otros dos sentenciados, cumplan la pena máxima impuesta en la cárcel del 15 de Azua, como lo solicitó el Ministerio Público.
La agresión contra Amarante fue tipificada en actos de tortura y barbarie. Además, el tribunal argumentó que los acusados incurrieron en asociación de malhechores y violencia contra la mujer.
En relación al acto de barbarie, el tribunal indicó que logró configurarlo de manera plena, por el tipo de sustancia utilizada, y que el tribunal determinó que además del daño físico que se procuraba, buscaba causarle a la víctima un profundo sufrimiento.
«En el caso que nos compete ha quedado acreditado que esa violencia sistemática y prolongada en el tiempo, tuvo una base machista, por ese sentido de pertenencia y superioridad del hombre contra la mujer, por ser mujer; que se determina en este caso por el hecho de que la violencia degeneró en unos actos que el tribunal los entiende como actos de barbarie».
El caso pasó el 25 de septiembre del año pasado, desde ese entonces, Yocairi confiesa que no es la misma.
Conforme a las evidencias presentadas por la Fiscalía del Distrito Nacional, Willy Antonio Javier, expareja de la víctima, ofreció 25 mil pesos a Pedro Alexander Sosa Méndez, alias Alex y Joan José Féliz, conocido como Pinol, para que perpetraran el ataque con “ácido del diablo”, que le desfiguró el rostro a la joven y parte de su cuerpo.
El Ministerio Público había presentado vídeos y testimonios de personas que conocen la violencia a la que la joven Amarante era sometida por su expareja y padre de su hija.
La joven resultó con quemaduras graves en diferentes partes del cuerpo, por lo cual ha sido sometida a varias cirugías.
Luego de aquel ataque que la desfiguró, se enfrentó al trauma de que su hija no la reconociera, aunque lo superó y hoy goza de su afecto.
También, manifestó que durante todo este proceso tuvo el apoyo de los miembros de su familia, quienes nunca la dejaron sola. Asegura que ese soporte la ayudó a superar el difícil proceso y mantener el ánimo en alto.
Dijo además que le gustaría volver a estudiar (se retiró en primero de bachillerato) y tener un medio de sustento para criar a su hija, que hoy tiene tres años de edad.
Esta semana la procuradora general Miriam Germán instruyó a que en los casos de agresión con “ácido del diablo”, se otorgue al delito la calificación jurídica de acto de tortura o barbarie y se solicite contra los involucrados la pena de 30 años de prisión.