Washington. El Gobierno de Donald Trump anunció hoy la creación de una nueva división de Conciencia y Libertad Religiosa dentro del Departamento de Sanidad para proteger la objeción de conciencia ante la provisión de ciertos servicios como abortos y tratamientos para pacientes transgénero.
La nueva sección, que será parte de la Oficina de Derechos Humanos del departamento, estará encargada de investigar las quejas registradas por los trabajadores del sector sanitario en las que argumenten que los centros hayan violado sus derechos religiosos, según aseguró el propio servicio de salud.
“La división se ha establecido para restaurar la implementación de las leyes federales que protegen el derecho fundamental e inalienable de libertad de conciencia y religión”, afirmó en un comunicado el Departamento de Sanidad.
El secretario de Sanidad en funciones, Eric Hargan, indicó que Trump “prometió a los estadounidenses que su Gobierno defendería vigorosamente los derechos de libertad de conciencia y religión y esa promesa se cumple hoy». En su web, la nueva división señala que busca prohibir la coerción en aspectos como el aborto, la esterilización y el suicidio asistido, entre otros, en programas y actividades financiadas o dirigidas por el servicio público.
Por su parte, el director de la Oficina de Derechos Civiles del departamento, Roger Severino, incidió en que “nadie debería ser forzado a elegir entre ayudar a una persona enferma y vivir por sus convicciones morales y religiosas más profundas».
También añadió que el objetivo es “ayudar a garantizar que las víctimas de la discriminación ilegal” por estos motivos “encuentren justicia”, ya que consideró que “los grandes y pequeños gobiernos han tratado con hostilidad en lugar de protección las objeciones de conciencia, pero el cambio ha llegado».
La decisión supone una victoria para las posiciones más conservadoras y los grupos antiabortistas, y se oficializa tan solo a un día de que tenga lugar la llamada Marcha por la Vida, una manifestación anual que tiene lugar en la capital, Washington.
El presidente de EEUU, Donald Trump, se dirigirá este viernes desde la Casa Blanca y vía satélite a los asistentes a la marcha.
Tras el anuncio del departamento, la líder de los demócratas en el Comité de Sanidad del Senado, Patty Murray, se declaró hoy “profundamente preocupada” por el uso que el Gobierno hace de la Oficina de Derechos Humanos como una “herramienta” para “restringir el acceso al servicio sanitario para personas que son transgénero y mujeres”, según declaraciones recogidas por medios locales.