Mientras que en la región de Donetsk las autoridades ucranianas advertían del riesgo de muerte de miles de ciudadanos en Mariúpol para fines de año
Los ataques rusos en el este de Ucrania, especialmente en la región de Lugansk, obligaron ayer, miércoles, a Kiev a cortar un tercio del tránsito de gas ruso hacia Europa, mientras que en la región de Donetsk las autoridades advertían del riesgo de muerte de miles de ciudadanos en Mariúpol para fines de año.
El subjefe del Departamento Principal de Operaciones del Estado Mayor General de Ucrania, general de brigada Aleksey Grómov, señaló que las fuerzas ucranianas han frenado una ofensiva a gran escala de los rusos en la región de Járkov e Izium, donde recientemente las tropas de Kiev destruyeron un mando ruso.
El Estado Mayor anunció el martes la liberación de varias localidades al norte y noreste de la ciudad de Járkov. Según indicó hoy el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, en inglés), con sede en EEUU, “la ofensiva militar ucraniana probablemente llegó a 10 kilómetros de la frontera de Rusia«. Según Grómov, ahora Rusia ya no está en modo ofensivo sino defensivo en esas direcciones y transfiere sus fuerzas hacia Lugansk.
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Cortó el gas
La operadora de los sistemas de gas de Ucrania, GTSOU, tuvo que cortar este miércoles por “fuerza mayor” el tránsito de gas ruso a Europa a través del punto de medición de Sokhranivka y la estación de compresión Novopskov, en territorio ocupado de Lugansk.
A través de Novopskov se transportaban diariamente hasta 32.6 millones de metros cúbicos del combustible ruso a Europa, casi un tercio del total. La Comisión Europea (CE) consideró hoy que el corte no genera “ningún problema inmediato».
El alcalde de la ciudad Mariúpol, Vadym Boychenko, señaló ayer que “para fin de año más de 10,000 personas pueden morir por enfermedades