Los soldados ucranianos intensificaron el martes la presión sobre las fuerzas rusas en retirada, adentrándose cada vez más en territorio ocupado y provocando que los soldados del Kremlin se replieguen ante una contraofensiva que ha infligido un golpe impresionante al prestigio militar de Moscú.
A medida que el avance continuaba, los servicios de la guardia fronteriza ucraniana indicaron que el ejército tomó el control de Vovchansk, una localidad ubicada a sólo 3 kilómetros (2 millas) de Rusia que fue tomada en el primer día de la guerra. Moscú reconoció una retirada de las zonas de la región de Járkiv, en el noreste de Ucrania, en los últimos días.
Los soldados rusos también se replegaban de Melitópol, la segunda ciudad más grande de la región de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, de acuerdo con el alcalde de la cuidad.
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Esta información no se pudo verificar de manera independiente. Se informó de la presencia de equipo militar en un puesto de control en Chonhar, una localidad que marca la frontera entre la península de Crimea y la parte continental de Ucrania, escribió el alcalde Ivan Fedorov en Telegram.
No proporcionó inmediatamente pruebas fotográficas o videos que respaldaran sus afirmaciones. Melitópol ha estado bajo ocupación rusa desde principios de marzo. Recuperarla le daría a Kiev la oportunidad de interrumpir las líneas de suministro rusas entre el sur y la región oriental del Donbás, las dos principales zonas en donde las fuerzas respaldadas por Moscú mantienen territorios.
En la recién liberada localidad de Chkalovske, en la región de Járkiv, Svitlana Honchar dijo que la mayoría de las fuerzas de ocupación se habían estacionado en un bosque cercano y no en la aldea.
Su salida fue rápida y repentina. “Se fueron como el viento”, señaló Honchar el martes después de colocar latas de ayuda alimentaria en su auto.
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“Huyeron por cualquier medio que podían”. Al parecer, algunos rusos se quedaron atrás durante la precipitada retirada. “Estaban tratando de alcanzarlos”, dijo.
De momento se desconocía si la ofensiva ucraniana, que se produjo después de varios meses de poco movimiento perceptible en el campo de batalla, podría representar un punto de inflexión en la guerra de casi siete meses. Pero las autoridades del país se mostraron optimistas, publicando imágenes que mostraban a sus fuerzas quemando banderas rusas e inspeccionando tanques destruidos abandonados.