La guerra de Ucrania alcanzó este 24 de febrero un año y la fecha ha sido el escenario para que tanto Rusia como Estados Unidos reafirmen sus posiciones.
Así, el primero en tomar la palabra fue el presidente de Rusia, Vladímir Putin, quien, en un discurso desde ambas cámaras del Parlamento, defendió el papel de su país en Ucrania, culpó a EEUU y Europa del inicio de las hostilidades, dio a entender que la guerra será larga y dijo “que es imposible una derrota de Rusia”.
Hay que señalar que Putin buscó impactar y sacudir el escenario, y en ese mismo discurso anunció la suspensión de Moscú del último tratado de control de bombas nucleares. Tema muy sensible, pero que Putin lo ha invocado otras veces. ¿Será lo único que le queda? ¿No tiene más discurso?
En tanto, el presidente de EEUU, Joe Biden, quien ya se había reunido en Kiev con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski, habló desde los jardines de un castillo real en Varsovia, Polonia. Allí reiteró su total apoyo a Ucrania, prometió más ayuda y afirmó que “Rusia nunca vencerá a Ucrania”.
De ambos discursos se deduce que la muerte y la destrucción seguirán. Las potencias se preparan para un largo conflicto. China acaba de proponer un plan para abrir un diálogo, pero habrá que ver la reacción del hombre del Kremlin.
Hasta ahora Rusia controla Crimea, y tiene bajo fuego parte del Donbás en el este y extensas áreas en el sur. Mientras, Zelenski, quien espera más equipos de guerra, sigue con las botas puestas y con la palabra empeñada de pelear hasta el final.