La politiquería nacional no aguanta más, necesita, debe y amerita cambiar el juego para que podamos avanzar en conjunto. Desde que salimos de Trujillo lo que se ha vivido es un reciclaje del mismo protagonismo partidario, aunque cambien de rostro. El sistema político ha sido el mismo, pero ya no más. No se puede hacer un cambio solo criticando, se requiere de nuevos paradigmas, gente sincera que quiera y pueda servir. Hay nuevas propuestas y, en vez de darle por el caco, ameritan todo el apoyo generacional.
Reciente se supo que Bolívar Valera (El Boli), Santiago Matías (Alofoke) y Aquiles Correa presentaron sus aspiraciones a posiciones congresuales y municipales. Ya se inscribieron como precandidatos y la lluvia de críticas –a favor y en contra- rinde para mucho. Les han dado hasta con el cubo del agua porque, además de entrar en el tren político, andan por el bando del Partido de la Liberación Dominicana que lleva 20 años en Palacio y ha dejado mucho qué desear.
Lo primero que quiero decir, analizando el tema desde mi rincón, es que ellos tres no hacen política desde ahora, de hecho, han llegado donde están porque subieron haciendo política. Hay una mala creencia de que política es discurso ante multitudes y corbata, pero no mi querido lector, ayudar a los demás sin terceras intenciones y servir a su comunidad es la forma más sincera de hacerlo y en eso ellos tres llevan la milla. Es muy probable que quienes le critican por este paso no sepan ni como se llama su vecino, pero como las redes aguantan todo…
Empecemos por Correa, que en Villa Juana es un líder desde hace más de una década. Su influencia viene por su presencia mediática, pero si no hubiese salido de ahí no merece el apoyo de su gente. Correa ayuda a niños con cáncer en el hospital Robert Reid Cabral, ha gestionado soluciones a problemas puntuales de sus vecinos y ha liderado movimientos en favor de cualquier cosa que necesite la comarca. No es extraño ver que muchos prefieren ir donde él antes que llegar donde el regidor o diputado a buscar una ayuda, si es que los ven.
En el caso de Bolívar, me consta de su desprendimiento porque trabajé muy de cerca con él y pude constatar que lo que ha logrado se debe al gran corazón que tiene fusionado con talento. Atento a su influencia con marcas de renombre y allegados, les ha cambiado la vida a muchas familias con casas, artículos y alimentos. Cuando El Boli asume una causa social no deja de martillar hasta lograr la ayuda. Si eso no es lo que se quiere de un político, que me lleve Cundo.
Santiago aspira a una diputación, pero no se confundan con Alofoke. El personaje es el segundo, el primero es un joven que razona muy bien los temas sociales y cuando tiene que criticar a quien sea si mete la pagta, lo hace sin tapujos. En la cámara se percibe un tipo arrogante y clasista, pero me atrevo a asegurarles que en su diarismo difiere mucho de eso. Me consta las tantas veces que saca de su bolsillo para recetas, útiles escolares, comida y cualquier necesidad que compruebe es real. Más que eso, su nivel de conciencia merece le prestemos atención.
Ahora bien, la crítica argumenta que los tres son morados, y hasta yo tambaleo un poco en apoyo por esa variable, sin embargo, analicemos el contexto: los tres se han desarrollado viendo al PLD arriba porque la posición ha demostrado muchas debilidades para ocupar su puesto, además de que, ciertamente, la organización con más posibilidades de poder, hoy por hoy, sigue siendo el partido oficial. No todos los peledeistas son malos ni todos los opositores son buenos, y en este caso no hay propuesta alternativa que cuente con el respaldo real de victoria.
¿Por qué no eligieron otro partido? Porque los tres ya eran militantes en el PLD y ser de allí no significa ser ladrón. Nada es absoluto, en todo hay cosa buena y mala. Y si ellos tres proponen cambiar lo rancio y vienen con propuestas saludables, bienvenido sea hasta por el partido de jurumucú que sea, lo importante en este caso es la persona, no el color. También les cuestionan la falta de preparación universitaria, empero para los puestos que aspiran no se exige la titulación, además de que, para los fines, lo que se requiere es gente que vaya a aportar porque los que están, la mayoría con título, lo único que ha hecho es sacarse su tajada y que se joda el mundo.
Yo mismo siempre he sido un crítico acérrimo de la politiquería, no soporto ver cómo los malditos delincuentes nos gobiernan y no pasa nada. Intenté atacar desde mi esquina y todavía no pasa nada. Entonces, la única forma posible de cambiar realmente los problemas sociales –no mío ni suyo- es desde la política porque los recursos están ahí y sin eso no se mejora nada. Por más buena intención que tenga, sino puedo ayudar a los demás con bienes o servicios, la propuesta se queda corta, muy corta. No pienso aspirar a cargo electivo, no por ahora.
Tengo por seguro que ni Santiago, ni Bolívar ni Aquiles entran al juego para enriquecerse porque ya lograron estabilizarse y no ha sido gracias al chantaje ni al negocio de criterio, como hacen los actuales. Si pudiera votar por los tres con gusto lo haría, pero mi residencia no me lo permite. Lo que sí le digo a ustedes es que no existe forma de cambiar las cosas desde las gradas, hay que coger el bate y jugar porque ya estamos hasta el cocote con la misma politiquería y los mismos actores depredando el chin de país que queda. Necesitamos un cambio y no tiene que apoyar a estos tres si no le parece, pero apoye a alguien que considere vaya a aportar de verdad para todos. Escoja sus bateadores, yo tengo los míos.