Una oportunidad histórica para nuestra Patria

Una oportunidad histórica para nuestra Patria

Fernando Álvarez Bogaert.

(3/3) En Memoria de mi cuñado Sigfried Maruschke

Hemos escrito sobre el deterioro de la globalización por la gran polarización geopolítica actual, en este artículo trataremos de las oportunidades que tiene la República Dominicana en estos momentos.

Como comentamos, las disrupciones en las cadenas de suministro, la pandemia, la guerra entre Rusia-Ucrania y la amenaza de China por el conflicto con EEUU, llevó a cerca de 100 países a aplicar medidas proteccionistas, según un estudio de la ONU.

Tal y como vimos con anterioridad, una ubicación geográfica estratégica y marco legal adaptado para atraer inversiones hacen de la economía dominicana un importante receptor de los beneficios colaterales que ofrece el nearshoring, una oportunidad única en más de 50 años.

A modo de ejemplo, una publicación oficial del Wilson Center de los Estados Unidos, ubicó a nuestro país como uno de los cincos países de la región con mejor potencial para aprovechar la ola de relocalizaciones estratégicas que se avecina por parte de numerosas empresas de manufactura y tecnológicas.

La República Dominicana puede convertirse en centro logístico importante para el este norteamericano debido a su ubicación estratégica, economía en crecimiento y compromiso con el desarrollo de infraestructuras de transporte adecuadas. Con una mano de obra capacitada, leyes y regulaciones favorables, la República Dominicana seguirá siendo importante plataforma para el comercio transfronterizo.

Puede leer: Un deterioro en la Globalización: una oportunidad histórica para nuestra Patria

En este sentido, la Gaceta Estadounidense refiere que la ventaja competitiva de la República Dominicana radica en una infraestructura de transporte adecuada y costos laborales bajos para las empresas, un mérito que ha empujado a 8 de las 30 principales multinacionales a usar nuestra nación como centro de producción para componentes eléctricos, joyas, electrónicos, textiles, calzados y otras industrias.

Uno de los principales retos que tenemos como país es seguir fortaleciendo factores del ambiente de negocios domésticos, tales como el esquema de incentivos tributarios del país, la seguridad jurídica y condiciones macroeconómicas resilientes. Un importante aspecto que debe abordar la nación es realizar la transformación necesaria desde el punto de vista educacional y de empoderamiento, claves para conseguir los objetivos más significativos.

A la par, el ambiente plagado de incertidumbres y choques externos adversos que vive Estados Unidos, Europa y Asia, hacen que economías abiertas al comercio exterior, tal es el caso de la dominicana, reconsideren estrategias para la atracción de inversiones y mejora del clima de negocio. Ya como mencionaba Dani Rodrik, profesor de Harvard, “lo que estamos a punto de ver es una masiva reconfiguración de los flujos globales de comercio e inversión como nunca hemos visto”.

La reflexión sobre la mesa entonces sería: ¿estamos preparados para esta oportunidad única que se nos avecina? Estamos convencidos que sí podemos lograrlo, pero es necesaria la participación del liderazgo religioso, político, empresarial, académico e intelectual para hacer las transformaciones necesarias que permitan que nuestros ciudadanos se empoderen y estén a la altura de las circunstancias.

En lo que todos debemos coincidir: ¡Actuar ahora, actuar!

Más leídas