Hoy es un día muy especial para los dominicanos, ya que por un lado la Iglesia católica celebra su fiesta mas importante de su santoral del Corpus Cristi. Y los dominicanos celebramos el aniversario 63 de nuestra liberación de la dictadura de 30 años que arropó de mala manera a las generaciones que vivimos ensamblados en la agonía del tiempo.
La fiesta de Corpus Cristi es muy especial para la fe por todo lo que envuelve con la presencia del Hijo de Dios en la hostia consagrada que se le da a los fieles en todas las iglesias del mundo en este día. Desde el 1208, cuando la monja Sor Juliana de Cortillon y un fraile Pedro de Praga tuvieron la visión milagrosa de la sangre en el altar la cual ungieron a los asistentes en un momento sagrado que se ha transmitido por todo el mundo para darle razón de permanencia a esta celebración que durante siglos ha sido motivo de especial veneración de los católicos.
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La fiesta de Corpus Cristi reviste especial celebración en el mundo católico. En las ciudades con mucha fe y devoción los creyentes llevan a cabo celebraciones muy vistosas en donde se superan los homenajes que se llevan a cabo en algunos países de acendrada fe católica como en España. Las calles y los frentes de las casas y edificios se adornan con arcos de flores que atraviesan las calles y se colocan llamativos adornos de gran simbología religiosa
Por otra parte la otra fecha fue la que marcó la terminación de la dictadura de Trujillo que por 30 años había pisoteado la libertad del pueblo y en la noche del 30 de mayo de 1961 un grupo de aguerridos dominicanos le pusieron fin a un régimen que había condenado a los dominicanos a vivir bajo un régimen atropellador de las libertades y sujeto no solo a la voluntad del dictador sino de sus mas connotados funcionarios sostenedores que como señores de horca y cuchillo imponían sus vilezas en los pueblos convertidos en feudos particulares de sus maldades.
La fiesta religiosa es una profunda visión de la doctrina católica que con ese hecho milagroso de la sangre destilando de una hostia, la festividad adquirió su patente milagrosa y desde entonces el día de Corpus Cristi llena un espacio de la fe católica para confirmar lo que predicó Jesús en las tierras desérticas de Galilea y que sus discípulos pudieron transmitir durante siglos por todo el mundo hasta que se afianzó como la fe universal del imperio romano. La fiesta de hoy llegó en un momento de una inflexión de la fe para aposentarse en el alma de los creyentes.
Por el otro lado la fiesta local es trascendental para la vida dominicana. Quizás todavía se espera una renovación que permita tener una mejor conciencia de la ocurrencia patriótica de la fecha, que no fue tan solo la eliminación de un tirano, sino abrir las puertas de la Nación para que entrara el aire de la libertad y aprender a vivir con soberanía plena. Ha sido un tránsito fuerte de la vida de los dominicanos, pero se vive y se aprende. Fue un hecho heroico de un grupo de patriotas que fueron aliados a la dictadura que asumieron un riesgo enorme pero permitió sacudirnos de vivir en una tiranía y transitar desde entonces en un camino de libertad.