El proyecto ‘We Make Cities’, WMC, (‘Hacemos ciudades’), de la oficina de arquitectura y planificación Lugadero, con sedes en Sevilla (España) y Londres (Reino Unido), tiene como objetivo imaginar y visualizar cómo serán y se transformarán las ciudades en el futuro próximo para adaptarse a los múltiples cambios y desafíos que enfrentará el mundo en los decenios venideros.
El proyecto busca diseñar “entornos urbanos más sostenibles, inclusivos, resilientes y eficientes, que puedan hacer frente al cambio climático, la urbanización descontrolada, la escasez de recursos, la desigualdad social y otros problemas globales, explican desde Lugadero (www.lugadero.com).
El equipo de esta oficina se autodefine como transdisciplinar al estar compuesto por arquitectos, diseñadores, urbanistas, paisajistas, ambientalistas, escritores, sociólogos, artistas plásticos, y expertos en IA e incluir especialistas de diferentes disciplinas, como la cultura y el sector audiovisual.
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En la fase inicial de WMC se ha utilizado el potencial de la inteligencia artificial (IA) como herramienta creativa, combinada con una visión artística, para visualizar y conceptualizar cómo serán las ciudades del futuro, y generar ideas innovadoras y futuristas sobre la arquitectura, el diseño urbano y la vida en las ciudades a través de casos hipotéticos, según explican.
Las hipótesis globales sobre la cuales la IA generó sus conceptos y imágenes, creando escenarios distópicos que serán analizados en otra fase del proyecto para ver cómo podrían transformase de manera positiva, se han aplicado a entornos urbanos semejantes a los de la ciudad de Sevilla, señalan.
Sin embargo, el método desarrollado por Lugadero para generar una visión prospectiva de las ciudades del futuro, puede aplicarse a otras urbes con características climáticas y urbanísticas similares a las de Sevilla, localizadas en América, Europa y otras partes del mundo, y ya se están formando grupos de trabajo para llevar el proyecto WMC a otros lugares, según explican.
La inteligencia artificial imagina el futuro urbano.
“Al utilizar la inteligencia artificial en este proyecto, hemos buscado no solo visualizar posibles futuros, sino también inspirar y generar un debate constructivo sobre cómo podemos reimaginar y transformar nuestras ciudades para enfrentar los desafíos globales”, explican a EFE los arquitectos Marta Morera y Javier Martínez, de Lugadero.
“Pedimos a la IA que imagine escenarios urbanos adaptados a los desafíos del cambio climático, mediante instrucciones como ‘visualiza una ciudad con infraestructuras resilientes frente a inundaciones’ o ‘diseña un barrio que integre tecnologías para mitigar el calor extremo’ “, explican Morera y Martínez.
Algunas de las instrucciones que dieron a la IA en materia de tecnología e innovación, fueron ‘desarrolla un entorno urbano con vehículos autónomos y sistemas de transporte inteligente’ o ‘imagina edificios futuristas equipados con tecnologías de energía renovable y eficiencia energética’, según apuntan.
El equipo de Lugadero considera esencial que las ciudades del futuro sean inclusivas y accesibles para todos, por lo que dio a la IA instrucciones del tipo “diseña espacios públicos que fomenten la participación ciudadana y la inclusión social” o “crea barrios donde la accesibilidad y la diversidad sean prioritarias”.
También consideran vital que las ciudades del futuro respeten y integren sus raíces culturales, y en ese sentido le entregaron a la inteligencia artificial instrucciones como “fusiona elementos arquitectónicos tradicionales con diseños contemporáneos” o “visualiza eventos culturales adaptados a un entorno urbano futurista”.
Por otra parte, algunas de las instrucciones en materia de economía circular y gestión sostenible de recursos, fueron “crear barrios autosuficientes en términos de energía y recursos”, según explican los arquitectos Morera y Martínez.
Enfoque aplicable en otras ciudades del mundo.
El equipo de Lugadero cree que el enfoque de ‘We make cities’ puede ser particularmente relevante para aquellas ciudades situadas en latitudes similares a Sevilla, en el entorno del paralelo 37 del hemisferio norte y que comparten características climáticas y urbanísticas, como por ejemplo San Francisco (California, EE.UU.); Atenas (Grecia) o Seúl (Corea del Sur).
“San Francisco, comparte con Sevilla un clima caracterizado por veranos secos y cálidos e inviernos suaves y húmedos; y enfrenta desafíos similares en términos de urbanización, gestión de recursos hídricos y sostenibilidad”, según esta misma fuente.
Por esa razón, “aplicar en este lugar el enfoque de WMC podría ofrecer soluciones innovadoras para ayudar a combatir la contaminación, mejorar la movilidad urbana y fomentar la inclusión social en una metrópolis densamente poblada”, apuntan.
Otras localizaciones de EE. UU.
Con características climáticas y urbanas similares, son Albuquerque (Nuevo México), que sufre, al igual que Sevilla, problemas de utilización de recursos naturales y urbanización, o Virginia Beach (Virginia), que podría enfrentar riesgos significativos de inundaciones y escasez de recursos, que también se ven exacerbados en Sevilla, añaden.
Asimismo, el carácter global del proyecto, ha conducido a la formación de grupos trabajar en red en Londres (Reino Unido), Barcelona (España), Frankfurt (Alemania) o Verona (Italia), entre otras ciudades, según Lugadero.
“Resulta muy sugerente la posibilidad de explorar estas ciudades bajo el mismo marco metodológico, lo que quizás permitiría identificar patrones comunes y soluciones adaptables a contextos específicos, promoviendo uno de los principales objetivos de ‘We make cities’: generar una visión global más cohesionada de las ciudades del futuro”, concluyen Morera y Martínez.