Venecia: La construcción de la ciudad flotante

Venecia: La construcción de la ciudad flotante

Para muchos especialistas en Climatología y Geología, Venecia no debería existir, con sus 124 islas, 400 puentes y numerosos canales, esta ciudad en el norte de Italia fue construida en medio de una Laguna. La construcción de Venecia es una demostración de la determinación del hombre y su capacidad para dominar la naturaleza. Hay muchas ciudades hermosas en el mundo, pero Venecia es única y extraordinaria y cada año más de 20 millones de turistas admiran los palacios y otras obras maestras de la arquitectura, construidas alrededor del Canal Grande, impresionantes estructuras construidas utilizando técnicas innovadoras únicas en el mundo. Venecia parece flotar en el agua sin demostrar algún peso, de hecho, gran parte de la ciudad descansa sobre pilotes de madera, diez millones de troncos fueron colocados en el barro para sostener la ciudad, contradiciendo todas las reglas de la arquitectura y planificación urbana. Los constructores erigieron sobre la Laguna una de las ciudades más extraordinarias del mundo, sin embargo, el agua es su principal amenaza. La historia de la ciudad flotante comenzó hace más de 1500 años, en medio de una masa de agua en las costas adriáticas italianas al norte del mediterráneo. La Laguna tiene 50 kilómetros de largo y 10 kilómetros de ancho y en la antigüedad se componía de agua salobre, arena y barro. Un lugar inhóspito que no interesaba a nadie. En el siglo V (Quinto). los residentes costeros descubrieron la Laguna como lugar de refugio, una especie de fortaleza natural donde refugiarse de los invasores bárbaros que saqueaban los territorios romanos luego de la caída del Imperio Romano de occidente, esos bancos de área que emergen de la Laguna fueron el refugio de los lugareños que conocían los canales, a los enemigos les era muy difícil encontrar el camino con sus frágiles embarcaciones a vela. La zona de “Rialto” fue el núcleo de uno de los primeros asentamientos, se construyeron unas cabañas de madera con techos de paja, las primeras construcciones se hicieron en las zonas más estables, el nombre mismo de Rialto indica la parte alta del río, así la zona de Dorsoduro, su nombre indica una zona estable y sólida. Los primeros venecianos vivían en pequeñas islas separadas por cursos de agua, en cada isla se construía un pequeño pueblo, organizado con un espacio abierto (plaza) rodeada de casas y en el medio una iglesia, esto explica por qué hay tantas iglesias y plazas en Venecia. A lo largo de los siglos estas islas se fueron conectando con puentes. A partir del siglo VII (Séptimo) el espacio físico para construir nuevas casas empezó a escasear, la solución era construir nuevas superficies con soporte artificial. Sin embargo, su construcción fue sumamente complicada, pues el fondo de la Laguna está compuesto de sedimentos y barro, además, está atravesado por numerosas corrientes de agua, es decir, un fondo inestable y en constante movimiento, desde el punto de vista geológico en una zona que se encuentra entre tierra firme y mar, los tipos de suelos son muy diferentes, por un lado, arena que traen los ríos desde tierra, donde llegan materiales frágiles típicos de las desembocaduras de los ríos. Esa fragilidad del fondo de la Laguna que mantiene este en continuo movimiento y transformación se manifiesta en superficie con la deformación de fachadas e inclinación de algunas torres campanarios. Los campanarios se inclinan, pero no se desploman. El secreto está en los “pilotes de madera” los troncos que fueron enterrados en el fango y soportan estas estructuras, se colocaron cientos de miles de ellos en el fondo de la Laguna a una profundidad de 3 a 8 metros debajo la superficie del agua. Los constructores descubrieron que debajo del barro había un extracto arcilloso llamado “caranto”, al clavar los troncos hasta este extracto se creaba una superficie estable. Para estabilizar una zona, se aislaba el área se clavaban los troncos (alrededor de 8-10 postes por m²), se dejaba entrar el agua, el barro entre los pilotes se comprime, se compacta se solidifica, creando sobre esto superficies artificiales, así lograron poco a poco construir la ciudad. Los pilotes de madera no se descomponen mientras estén cubiertos de barro, porque se crea un entorno libre de oxígeno impidiendo la introducción a los organismos que normalmente descomponen la madera. La madera pasa por un proceso de mineralización que la endurece como piedra y permanece intacta durante siglos.

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Los edificios más famosos de Venecia se construyeron sobre esos soportes de barro y madera. Según documentos, la Piazza San Marco con su torre campanario, yace sobre 100 mil postes, los cimientos del Puente de Rialto están soportados por 12 mil pilares, para sostener la Basílica de la Salute (realizada en mármol) se colocaron más de un millón de pilotes. Los soportes de madera de la Ciudad de Venecia son una especie de bosque al revés, son como las raíces de la ciudad, se calcula que debajo de la superficie se encuentran más de 10 millones de postes de madera y por lo tanto una parte significativa de los bosques del norte de Italia de aquella época. Los resistentes troncos sobre todo de roble se transportaban en barcazas desde las regiones circundantes a la Laguna, con un altísimo costo de construcción por cada metro cuadrado de terreno artificial. Un estudio indica que la mitad de los costos de construcción, eran destinados a los cimientos (la estructura sumergida era tan cara como la que vemos sobre la superficie). A partir del siglo XI (Once), los 400 palacios venecianos se construyeron sobre estos singulares soportes apoyados sobre bancos de arena y un fondo de la Laguna frágil y en continuo movimiento. Los constructores tuvieron que adoptar una serie de soluciones ingeniosas para proteger sus edificios del agua salada y las mareas además de construir edificios lo más livianos posibles para construirlos sobre una superficie inestable. La solución fue brillante e ingeniosa, sobre los postes de madera colocaban una estructura horizontal tipo plataforma de madera, sobre estas varias capas de ladrillos, en todo el perímetro, colocaban una especie de cinturón o cadena con una piedra blanca impermeable traída de las costas de la Dalmacia, llamada Piedra de Istria. Esta piedra blanca tipo mármol, constituye una primera línea de defensa contra el agua salada, la piedra de istría protege el punto de contacto en el borde del agua. El constante subir y bajar de las mareas no daña la resistente Piedra de Istria. La altura de ese cinturón de protección correspondía a la amplitud entre marea baja y alta marea, de esta manera se evitó el contacto del agua salada en las paredes de ladrillos más débiles. La mayoría de los Palacios fueron construidos de tres niveles, pues los constructores entendieron que no deberían ser demasiado pesados porque recordemos estaban asentados sobre una estructura relativamente fresca que podría con el peso excesivo endurecerse y hundirse con el tiempo. Columnas delgadas y grandes ventanales en la búsqueda por construir de manera liviana, con estas grandes aperturas en las fachadas, los arquitectos crearon un particular estilo arquitectónico veneciano, fino y elegante. Sin embargo, el menor peso no era el único desafío que habría que afrontar, debido que el fondo y el agua de la Laguna está en constante movimiento, los edificios no podían ser rígidos. Los constructores de Venecia encuentran soluciones ingeniosas e inteligentes, por ejemplo, el uso de materiales locales, el mortero de cal, que sustituye la utilización de mezclas más sólidas y rígidas (tipo cemento), el mortero de cal tiene la ventaja de ser flexible y adaptable a solicitaciones, esto fue fundamental para las construcciones venecianas. La flexibilidad se aplicó en los entrepisos, las estructuras y los techos fueron hechos de madera, material flexible que garantiza incluso la flexibilidad de las paredes. Las vigas de madera estaban simplemente apoyadas de tal manera en la pared, que podían moverse. Flexibles y elásticos, los edificios venecianos son un organismo vivo, que adapta su forma según los caprichos de los movimientos en el subsuelo, las huellas de ese movimiento constante son ahora visibles en muchos lugares, en fachadas irregulares y grietas en los edificios.

Los constructores diseñaron edificios que han resistido frecuentes terremotos, como por ejemplo en 1970 el gran terremoto del Friuli que se sintió fuertemente en Venecia y testigos cuentan cómo esos ventanales se movían como velas de embarcaciones, ninguno de esos cristales se cayó o rompió. Para garantizar la vida de la ciudad de Venecia, los constructores necesitaban proveerla de agua potable. En el patio de cada Palacio hay un pozo con un increíble sistema para captar el agua de lluvia, los ingeniosos arquitectos venecianos resolvieron el suministro de agua potable a través de la canalización del agua de lluvia de los techos. Esta agua era dirigida a unos orificios en el suelo, el agua llegaba a unas cámaras subterráneas que estaban rellenas de arena muy fina, la arena absorbe y filtra el agua que finalmente asciende como agua limpia al pozo. Este sistema ingenioso no existe en ninguna otra parte del mundo. Estos pozos estuvieron en función hasta principios del siglo XX. Se encuentran en cada plaza de la ciudad. Los arquitectos colocaron 900 pozos.