MONTEVIDEO. Hostigado por escándalos que comprometen su futuro político y la imagen del actual gobierno, el vicepresidente uruguayo Raúl Sendic enfrenta una serie de denuncias que están siendo analizadas por la justicia, los organismos anticorrupción y su propio partido.
Sendic ha sido acusado de haber usado dinero público para comprar bienes personales, por haber esgrimido un título universitario que no tiene y de ser responsable del déficit millonario de la petrolera estatal Ancap, que presidió en el gobierno anterior.
“Es el bullying más fantástico que he visto en mi vida y me causa asombro el ensañamiento”, señaló el presidente Tabaré Vázquez a comienzos de julio. Sin embargo, conforme sectores y personalidades de la gobernante coalición Frente Amplio se sumaron a los cuestionamientos, Vázquez moderó su discurso y dijo que aceptaría su renuncia si la presenta.
El más reciente escándalo de Sendic estalló en junio cuando se conoció que entre 2010 y 2013, mientras presidió Ancap, uso tarjetas de crédito corporativas para comprar objetos que poco parecen tener que ver con su gestión, como un colchón. En el libro “Sendic. La carrera del hijo pródigo”, las periodistas Patricia Madrid y Viviana Ruggiero presentaron detallaron esos gastos.
El caso está siendo analizado por la Junta de Transparencia y Ética Pública, un organismo oficial anticorrupción, y por el Tribunal de Ética del Frente Amplio.
Más allá del colchón, la gestión de Sendic al frente de Ancap dejó un déficit tal que en 2016 el Parlamento debió aprobar una inyección de capital en la empresa de 872 millones de dólares para evitar su quiebra. Las pérdidas de la petrolera provocaron un escándalo político no sólo en la oposición sino también dentro del oficialismo. El actual ministro de Economía, Danilo Astori, ha responsabilizado del caso a Sendic y al anterior presidente José Mujica (2010-2015).
Sendic se ha defendido argumentando que el déficit se originó en fuertes inversiones necesarias. Sin embargo, tres partidos de oposición presentaron una denuncia ante la justicia por entender que hubo posibles actos de corrupción. Se ha comprobado, por ejemplo, que la petrolera pagó publicidad en una radio que no existía. El caso aún se estudia.
El vicepresidente también admitió que no es licenciado en genética humana, tal como se había presentado en otras oportunidades. “Lo que hice fue una preparación para la docencia genética, que era un curso rápido”, le dijo al diario El Observador en febrero de 2016. En esa oportunidad, Sendic admitió no ser licenciado, pero luego se embarcó en explicaciones contradictorias y dijo que presentaría el título, cosa que nunca ocurrió. Incluso dejó en falsa escuadra a la senadora Lucía Topolansky, esposa de Mujica, quien en su defensa dijo haber visto el título, pero el diploma no apareció.
Hijo de uno de los líderes de la organización guerrillera Tupamaros, Sendic residió en Cuba mientras Uruguay estaba bajo la dictadura militar (1973-1985).
De 54 años, al comienzo del gobierno de Vázquez en 2015, Sendic aparecía como una de las principales figuras de recambio generacional del Frente Amplio.