El doctor Joaquín Balaguer fue escritor y político, además de excelente usuario de la palabra, pero -vaya paradoja- podemos asegurar que este hombre hizo del enigma el soporte de su constitución síquica. Su vida arrastra misterios, extrañezas y actitudes fuera de lo común, las cuales han transformado a este hombre real en un personaje de ficción.
Tengo apuntados al menos nueve novelistas que se han valido del perfil de Joaquín Balaguer para edificar alguna de sus creaciones literarias, y desde luego, yo no soy quién para asegurar que son estos los únicos que han caracterizado personajes a partir del arquetipo Balaguer.
El escritor José Miguel Gómez, médico especialista en psiquiatría, puso a circular el 10 de agosto de 2023 su nuevo libro “Balaguer visto por un psiquiatra. Sus tres vidas”, en cuya presentación a fondo correspondió al historiador Juan Daniel Balcácer. Quien esto escribe fue escogido para pronunciar unas palabras por ser autor de obras de ficción, es decir cuentos y novelas.
Para abordar la compleja personalidad del desaparecido intelectual y político, Gómez ha realizado lo que él denomina una “psicopatobiografía”, puede observarse que este neologismo emplea cuatro elementos compositivos, que son segmentos con los que se forman palabras. Todos proceden del griego.
El primero de estos es psico- que significa ‘alma’ o ‘actividad mental’. El segundo: pato, significa ‘dolencia’ o ‘afección’, el tercero, bio- significa vida y el último, -grafía, lo conocemos con el valor de descripción, tratado, escritura. En verdad que de todo esto hay en el libro del doctor Gómez, tratado con sentido de investigación y plena conciencia de quien busca la verdad, al margen de odios y simpatías, aun tratándose de una persona que tanto generó de ambas tendencias.
El autor ha indagado todos los aspectos relacionados con la vida del extraño líder nacido en Navarrete y que dominó el espectro político nacional durante cuarenta años. Su etapa de niño introvertido, de adolescente taciturno negado a las diversiones, de joven estudioso y gran lector, de escritor precoz, de hombre renuente al matrimonio y a exhibir parejas, pero a quien se le atribuyen once hijos de los cuales el doctor Gómez aporta los nombres.
Gómez también señala las circunstancias sociales y políticas que contribuyeron a forjar el carácter de Balaguer: “El presidente Joaquín Balaguer es la expresión y el resultado de varios factores que lo influenciaron, le sirvieron como modelo de referencia, como ideología para su vocación y construcción de vida junto a su carácter, temperamento y personalidad…” (P.53)
Por eso es procedente afirmar que aunque Balaguer validaba en su retórica a políticos considerados modelos de civilidad, como Juan Pablo Duarte, Ulises Francisco Espaillat, Gregorio Billini, Juan Isidro Jimenes, su pragmatismo lo convertía en seguidor de Rafael Trujillo.
Un estudio sobre el temperamento de Balaguer a la luz de la ciencia resulta de alto interés para diversas áreas del conocimiento y muy particularmente de la historia dominicana contemporánea. Es lo que ha hecho el doctor Gómez.
Después de explicar las peculiaridades de los temperamentos que pueden caracterizar a una persona, Gómez concluye de este modo: “Como pueden observar y reflexionar, Joaquín Balaguer tenía una mezcla de varios temperamentos: desde el sanguíneo, con la tendencia del trabajo, el emprendedurismo, la energía y empatía, pero a la vez poseía algo de melancólico, inteligente, creativo, pacífico, tranquilo…” (p.68).
Sin embargo, más adelante el psiquiatra asegura que Joaquín Balaguer era un flemático de pies a cabeza, un ser humano emocionalmente frío, calculador, distante, poco afectivo; y asegura que Balaguer podía amar, pero no entregarse ni apasionarse. (p.71). Me parece que lo que fue Balaguer como político lo ensayó desde su niñez, de hecho, fue un niño sin niñez.
En correspondencia con este parecer, Gómez asevera que Balaguer sabía administrar su carácter: “Sabía qué decir, cuándo decirlo, dónde decirlo, cómo decirlo, a quién decirlo y para qué decirlo”. (P. 71).
He relacionado, al inicio, a Balaguer, persona real, con un personaje de ficción, y quiero agregar que, en la obra de ficción, los personajes pueden ser hombres, mujeres, niños, cosas, animales y hasta ideas abstractas. Una idea abstracta puede ser el bien, como también el mal. Y resulta que Balaguer es el bien, es el mal, es la verdad, es la mentira y es también el misterio. Entonces, ¿cómo separar estos elementos para realizar una disección del personaje?
Desconozco, y creo que pocos manejarán esa información, cuántos novelistas, cuentistas o dramaturgos habrán compuesto obras en las que interviene el personaje Joaquín Balaguer. Puedo citar a Viriato Sención, Manuel Salvador Gautier, Avelino Stanley, Peralta Romero, Mario Vargas Llosa, Ángel Lockward, Rafael Belisario Durán, José Báez Guerrero, Marino Berigüete. Todos coinciden en que Balaguer resulta una incógnita.
Por su forma de conducirse, por la actuación durante y después de la tenebrosa Era de Trujillo y hasta por su propio carácter individual, Balaguer sale del molde de persona y alcanza la condición de personaje. No me refiero a su condición de persona notable de la sociedad, sino a la acepción de la palabra personaje que se refiere a los seres que intervienen en una obra de ficción: novela, teatro, cuento o cine.
Al recibir el premio Nobel 2005, el escritor británico Harold Pinter inició su discurso diciendo: «No hay grandes diferencias entre realidad y ficción, ni entre lo verdadero y lo falso. Una cosa no es necesariamente cierta o falsa; puede ser al mismo tiempo verdad y mentira».
Al ver juicios como este, uno tiene que pensar en Balaguer, quizás influenciado por sentimientos políticos. Pero el doctor José Miguel Gómez, con su nuevo libro ha creado un repertorio de informaciones que vienen revestidas del rigor de la ciencia, para elaborar un libro que recoge la personalidad de Balaguer desde todas las dimensiones. Se trata de un libro escrito son sobriedad de juicio y limpieza expositiva.
La evaluación psiquiátrica y las observaciones de índole histórico y social confluyen para formar una obra requerida en bibliografía nacional. Enhorabuena, doctor Gómez.