Las votaciones se desarrollaron en calma en las provincias de la región este, donde el activismo político estuvo reducido alrededor de los recintos por las medidas implementadas por la Junta Central Electoral (JCE). No obstante en las calles aledañas activistas se mantenían en la zona o llevando a personas a votar. Otros ingerían bebidas alcohólicas
La jornada inició puntual y sin inconvenientes mientras el flujo de votantes comenzó lento en las horas de la mañana, al punto que pocas mesas tenían filas.
Durante un recorrido en las provincias La Altagracia, El Seibo, Hato Mayor, La Romana y San Pedro de Macorís también se verificó que las personas mayores eran las que más estaban acudiendo a votar.
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“Votar es un derecho patriótico y hay que hacerlo y ejercer el voto”, expresó la señora María del Carmen Mota, quien con dificultad para caminar, salía del recinto Nuestra Señora de La Altagracia, en Higüey
En los centros visitados había miembros de la JCE para facilitar el sufragio a personas con alguna dificultad física o adultos mayores, quienes contaba con área especifica antes de ejercer el voto.
En El Seibo y Hato Mayor las votaciones eran constantes y al mediodía algunos colegios cerca del 50 por ciento de los votantes había ejercido, según afirmaron Héctor Luis Medina y César Polanco, facilitar y delegado, respectivamente. Similar situación era en el liceo Arístides García Mella donde funcionaban 12 colegios con 4,800 votantes y donde más de la mitad habían ejercido alrededor de las 2:00 de la tarde, de acuerdo a Marianela González, facilitadora.
En San Pedro de Macorís, en el liceo Vicente Moscoso, con 13 mesas y el Estado Telelo Várgas con 24 colegios, el flujo de votantes estaba bien activo, cerca de las 3:00 de la tarde.
En el estadio José Peña, delegado de la Fuerza del Pueblo, dijo que las personas no cesaron todo el día debido a la gran cantidad de centros que allí funcionan, siendo el más grande la provincia. Algunos militares desconocían la resolución de la JCE sobre el acceso de la prensa y tenían que llamar a sus superiores o exigían la cédula para acceder. Sin embargo mayoría tenían un trato cortés.