Haití no está de moda, Haití suena de mala manera, por eso hace ruido y genera intranquilidad que no se merece. Para resumirlo de alguna manera, cuando se habla de pobreza en América, la referencia es Haití, de dictaduras militares se comenta, Haití no se queda atrás, de golpes de Estado se informa, Haití compite entre los que más, de corrupción se quiere discursear, Haití es uno de los casos, de asesinato de un presidente se trata, Haití aparece matando a Jovenel Moise en su propia habitación y, aunque no es culpa de sus ciudadanos, cuando de tragedia natural acontece, Haití la encabeza con el terremoto del 2010.
Haití es tragedia, no comedia. Haití es un territorio donde reside gente, habla un dialecto, tiene su cultura, creencia; lo que queda de sus instituciones no funciona y cuando de economía se trata, casi no la tiene, es solo una cosa, está a la deriva, sin posibilidad de ellos mismos poder dar soluciones y menos aún, administrarse.
En términos institucionales un buen ejemplo es el del jefe de una de las principales bandas, Jimmy Cherizier, “Barbecue”, el que amenaza al primer ministro con desalojarlo a sangre y fuego si no dimite y luego se pavonea por las calles y no le pasa nada
En lo económico, Haití casi no tiene nada, le compra de todo a dominicana, desde huevo hasta cemento, desde golosinas hasta varillas y como excedente, ellos nos regalan a sus parturientas, para que nuestros hospitales las atiendan y el país en gesto humanitario lo hace, sin casi poder hacerlo, en desmedro de la calidad que debe prestarles a los suyos.
El tamaño de la economía de Haití es de US$8,408 millones al 2019 -año de normalidad previo a la pandemia-, al 2020 es menos por la caída de su PIB en -3.7 % y apenas ha crecido durante los años 2015 al 2019 en un 0.82% promedio anual y tiene un ingreso per cápita de US$747.0. La tasa de crecimiento económico fue del -1.7 5 en el 2019 y del -3.3 % en el 2020 y el Banco de la República de Haití, prevé se mantendrá negativo en el orden del 2.3% para el 2021.
En contraposición, la economía dominicana al 2019 tenía un PIB de US$88,906 millones y durante el periodo 2015-2019 la tasa de crecimiento promedio anual fue de un 6.1 % y el per cápita era de US$ 8,583, previo a la pandemia.
La diferencia entre ambas economías en términos del tamaño del PIB muestra a la República Dominicana superando por 10.5 veces a la de Haití, el ingreso per cápita es mayor en 11.5 veces, mientras que, el crecimiento de la economía es superior en 5.3 puntos porcentuales. Ambas economías muestran una fuerte asimetría que desfavorece significativamente a Haití.
Conforme a un estudio del Centro de Exportación e Inversión (CEI) -hoy PRODOMINICANA-, el intercambio comercial formal entre República Dominicana y Haití al 2019, año de normalidad previo a la pandemia por Covid-19, ascendió a US$ 876.5 millones, de los cuales, dominicana le vendió a Haití en el comercio formal US$ 826.5 millones y Haití a Dominicana US$ 40.0 millones.
Según el régimen de las exportaciones dominicanas, la denominada nacional alcanzó en el 2019 un valor de US$ 527.9 millones y las de zona francas US$ 298.6 millones. Los principales productos de exportaciones formales dominicanas son textiles, cemento, varilla, barras de acero, harina de trigo, aceite de maíz, cajas de cartón, productos plásticos y galletas.
En términos del destino comercial, Haití representa para la República Dominicana el segundo lugar, con una participación que ronda el 7.4 % de las exportaciones formales y el primer lugar lo ocupa los Estados Unidos con un 50.7 %. El valor exportado del país hacia Haití, se ha reducido desde el 2012 al 2019, al pasar de US$ 1,055 millones a US$ 826.5 millones en el 2019, equivalente a una caída de un 21.6 %.
Por el lado del comercio informal fronterizo dominico/haitiano, un informe elaborado por el Banco Central, muestra que ambos países también tienen un fuerte lazo, alcanzando hasta US$ 430.0 millones en el 2017, de los cuales, US$ 331.5 millones corresponden a exportaciones dominicanas y US$ 98.1 millones importaciones dominicanas desde el vecino país; pero más reciente, al 2019, nuestras exportaciones informales se redujeron a US$ 346.0 millones.
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El comercio informal fronterizo de las exportaciones del 2017 por un valor total de US331.5 millones, se realizó fundamentalmente con mercaderías de los sectores agroindustrial con un 33.5%, agrícola 27.5%, industrial 24.3 % y el pecuario 10.4 %. El mercado informal fronterizo se realiza en las provincias de Dajabón, Jimaní, Elías Piña y Pedernales.
Por el lado de las importaciones dominicanas del mercado fronterizo, también del 2017 por un valor total de US$ 98.1 millones, el 66.0 % corresponden al sector industrial, para US$ 64.3 millones, seguido de las agrícolas por un monto de US$ 21.9 millones, equivalente a un 22.3 % y luego del sector pecuario por US$ 2.7 millones, igual a un 2.8 %.
Agrupando el comercio formal e informal entre República Dominicana y Haití, las exportaciones dominicanas hacia Haití ascendieron en el 2019 a US$1,172.5 millones y las importaciones procedentes de Haití fueron de US$ 138.1 millones, para un valor comercial total de US$1,310.6 millones.
Ante los acontecimientos que actualmente se desarrollan en Haití y lo incierto de su destino, cualquier cambio que empeore la situación, afecta más a Haití que a República Dominicana, dado que, el tamaño de las importaciones formales e informales haitianas de origen dominicana representa el 13.9 % de su PIB y las importaciones dominicanas de origen haitiana, también formales e informales, equivalen a un 1.37 % de su PIB.
Al medir el grado de vulnerabilidad por el lado de las importaciones formales, las que proceden de dominicana hacia territorio haitiano representan el 33.0 %; mientras que, las que proceden de Haití a la República Dominicana es de un 0.2 %, indicativo de que, la economía haitiana, también por este concepto, está más expuesta a presentar dificultades que Dominicana, por cualquier evento que prolongue o profundice la actual situación económica, social, política y de inseguridad por la que atraviesa Haití.
Por el lado estrictamente dominicano, de interrumpirse totalmente el comercio formal con Haití, al país le estaría representando un costo de US$826.0 millones, equivalente a un 7.4 % de su total exportado, que al 2019 fue de US$ 11,193 millones y de incorporarle las exportaciones informales, el impacto se elevaría a un 10.1 %, también del total.
De manera que, a la economía dominicana el conflicto en Haití le afecta más por el lado de sus exportaciones que de las importaciones y por ese conducto el flujo de divisas al mercado cambiario. Sin embargo, dada la debilidad del aparato productivo de Haití y su gran dependencia de los suministros de origen dominicano, la población de ese país estaría siendo seriamente afectada, agravando aún más el estado situacional por el que se encuentra.