En un mundo roto y una sociedad herida,
En un país angustiado
Y un futuro incierto.
Solo para ti
En una ciudad despierta
En un presente estoico
Solo para ti
En tu presencia cálida. Dinorah García Romero.
Me azotaron de nuevo los fantasmas y las preocupaciones, después de escuchar las insensatas declaraciones de la ministra de la Juventud; y cuando, viendo la experiencia del año educativo en mis nietos,en los hijos de mis sobrinas, en los hijos de mis amigas, se me llenó el alma de inquietud al ver el inmenso desafío que supone un año escolar para el sector público en estas condiciones.
No lo puedo negar, me inquieté y desapareció el sosiego logrado escribiendo y organizando mis clases.
Entonces, en medio de mis inquietudes,recordé el hermoso libro de Dinorah García Romero “Conversaciones con Dios” [1].Y comencé a leerlo, y de inmediato la paz se apoderó de mi alma. Un pequeño y hermoso libro, suave, fresco, tranquilizador.
Sus palabras conectan al lector con el Creador del mundo. Es de una sencillez y profundidad maravillosa. Y al leer sus poesías-reflexiones llegó el sosiego:
Ayer me encontré contigo
Al escuchar al taxista que me dice con dolor:
Mi esposa me abandonó.
Al observar grupos organizados
Que piden fin de la corrupción y la impunidad.
En las comunidades
que se levantan ante el crimen,
en las que luchan contra el feminicidio.
Junto con los profesores
que reconocen la necesidad
de un comportamiento ético.
Al sentir el dolor del huracán
que golpeó con el Caribe.
Lo que me gustó de este libro, y quizás por eso escogí esos versos es que Dinorah García Romero no es indiferente a la realidad, pues el Dios al que suplica es el que está en el aquí y en el ahora, y no aquel que abandona lo terrenal para quedarse únicamente en lo espiritual:
Busco a Dios
Busco aDios en el mundo
Y lo encuentro mutilado.
Escudriño a Dios en la naturaleza
y lo encuentro sugerente.
Investigo aDios en la ciudad
y lo encuentro disperso
Indago aDios en la sociedad
y lo encuentro vivo y muriendo a la vez.
Inquiero aDios en las personas
y lo encuentro sufrido y esperanzado.
Escruto aDios en el trabajo
y lo encuentro sediento
de justiciay de equidad.
Rebusco aDios en la vida
y lo encuentro despierto.
Después de leer sus versos me fui tranquila a la cama. Al día siguiente, todavía somnolienta, busqué el libro para ver si encontraba algún poema que me inspirara para iniciar el día. Lo encontré, y confieso que mis dudas e inquietudes se disiparon.
Buenos días,Señor
Hoy ofrezco
mi vida renovada
mis inquietudes irresueltas,
mis deseos de obediencia.
Actualmente,te invito
a situar mis decisiones,
custodiar mis palabras,
priorizar tu presencia en mí.
En este período
Entrego pensamientos,
Conversaciones,
trabajos,
sentimientos y emociones.
Desde ahora
quiero sentirte en mis sentimientos,
encontrarte en las tareas
y buscarte en los problemas.
Voy a llamarte
cuando no entienda nada,
me falte ideas
y eltrabajo abrume.
Voy a decirte
lo que me gusta,
me duele e inspira,
aquello que hace avanzar,
todo lo que confirma mi amor a ti.
Muy buenos días, Señor.
Es tiempode bendiciones,
para pensar y soñarte,
para aguzar la observación.
Es unajornada para buscarte,
Soñar tus sueños,
Cantar sin parar…
En estos tiempos donde prima la desesperanza, la incertidumbre, este libro te ofrece la paz y la confianza paraseguir caminando. Gracias, Dinorah. Fue un deleite leerte.
[1] Dinorah García Romero. “Conversaciones con Dios” (2020). Santo Domingo, Editora Amigo delHogar.